Jornada a jornada el Mallorca pierde contacto con la zona media de la tabla y se asoma de forma peligrosa al vagón de cola. No es para preocuparse. O sí. Queda mucho, pero cada semana que pasa queda una jornada menos para recuperar, lo que obliga al equipo a realizar un esfuerzo mayúsculo en la segunda vuelta del campeonato.
Un vistazo a la clasificación evidencia que el Mallorca sigue perdiendo fuelle, anda bajo de defensas y lejos de aprovechar el impulso que tomó tras ganar de forma consecutiva a Numancia y Racing, ahora debe hacer un esfuerzo mayúsculo para llegar a los últimos cuatro encuentros de la primera vuelta con relativa tranquilidad.
Desde la victoria en el campo del Racing (1-2) el 28 de septiembre, el Mallorca no ha vuelto a 'pescar' lejos de Son Moix y perdió ante el Betis (3-0), Atlético de Madrid (2-0) y ahora contra el Almería (2-1). Ganar fuera de casa no es fácil, pero el problema del Mallorca también está localizado en Palma. A excepción de la victoria contra el Espanyol (3-0), esas últimas seis jornadas cedió los puntos frente al Sporting (0-2) y empató ante el Athletic Club de Bilbao (3-3). Con estas cifras sobre el papel, se entiende que el conjunto de Manzano esté en estos momentos en la zona baja de la tabla, lugar que ocupa no sólo por la carencia de victorias, sino también por los goles que encaja. Lleva una media de dos tantos en contra por partido, lo que hace muy difícil cualquier posibilidad de lograr una victoria. Además, el juego del equipo lejos de ser sólido y efectivo parece llenarse de dudas cada jornada que pasa.
Los aspectos positivos que ha dejado el equipo en según qué encuentros han surgido de forma excesivamente interminente, de ahí que sea difícil consolisarse en una zona tranquila y mucho menos tomar un impulso definitivo. Futbolísticamente el grupo ha jugado correctamente en encuentros como el disputado en Santander, contra el Espanyol y también en el Calderón, pese a la derrota. De la misma forma dio la cara contra el Athletic Club, aunque se dejó comer excesivo terreno. Sus figuras no brillan y el trabajo colectivo se pierde cuando el rival marca. El Mallorca sigue sin encontrar el equilibrio que necesita sobre el terreno de juego y ayer mismo Manzano reconoció que lejos de Palma no funcionan. De los últimos 18 puntos ha sumado 4, una cifra que refleja la peligrosa realidad con la que está empezando a convivir el equipo. La reacción debe ser inmediata. Si tarda puede quedarse sin colchón y sin tiempo.