Jason Moore / Fernando Fernández
En cuestión de horas, Paul Davidson (Prestbury, 1955) ha pasado de ser un huésped más del hotel Mon Port (Andratx) a ver cómo su rostro ocupaba las primeras páginas de la prensa local. 'El fontanero', que ayer tuvo la deferencia de atender a Ultima Hora y Majorca Daily Bulletin, quiere instalarse en Mallorca y expandir su imperio de la industria del tubo (relacionado con las explotaciones petrolíferas del Golfo Pérsico) en España. Davidson cambia la Costa del Sol por nuestra Isla y quiere hacer de la SAD mallorquinista una de las grandes del fútbol español, tras llegar a un preacuerdo con Vicenç Grande para hacerse con el 93% del paquete accionarial por unos 42 millones de euros. Eso sí, avisa de que la grada será su hábitat en lugar del palco que debería ocupar el máximo accionista. Ya busca jugadores, pero confía en el equipo actual para llevar a buen puerto su última aventura empresarial, la primera en el mundo del fútbol profesional.
-¿Qué conocía de Mallorca y del club para tomar esta decisión tan trascendental?
-La verdad es que han sido días de mucho trabajo, pero ya hemos cerrado un principio de acuerdo. La Isla me apasiona, es un lugar al que he venido muchas veces de vacaciones y es maravilloso. ¿Del Real Mallorca? Siempre que he estado aquí he ido al estadio a ver los partidos. Me gustaba el equipo y también me ha convencido cómo funciona el club.
-Tiene constancia de que hay bastantes aficionados que también son británicos...
-Sí, lo sé. De hecho, una de las primeras cosas que quiero hacer es crear un club de seguidores extranjeros, en especial británicos. Es importante poder atraer al estadio a aficionados de otros países. Estoy ansioso por encontrar a alguien que pueda poner en marcha esta iniciativa.
-¿Puede llegar a tener un gran alcance esta medida?
-Por lo que sé y he visto, a los partidos del Mallorca suelen ir unos 17.000 aficionados de media. Creo que podremos llegar a añadir unos 6.000 más. Eso sería fantástico y haría de nuestro club algo diferente.
-A muchos les ha sorprendido que el todavía propietario, Vicenç Grande, seguirá como presidente.
-Creo que es de recibo. En el acuerdo al que llegamos, hemos pactado que siga cinco años. Ha realizado un buen trabajo durante estos años y no voy a interferir en su labor. La familia Grande me ha parecido buena gente y por eso quiero respetar sus actuaciones.
-¿Cómo surge la oportunidad de ser máximo accionista y cuando se concreta esta operación?
-No puedo dar muchos detalles, pero estuve el fin de semana mirando toda la documentación de la entidad. El lunes acabé convencido y decidí tirar adelante. Todo ha sido muy rápido, en especial por el buen hacer de Vicenç Grande.
-Usted ha comentado que de fútbol no sabe mucho.
-Soy un aficionado al fútbol y conozco básicamente lo que es. Me confieso seguidor del Macclesfield Town, pero también lo soy del Mallorca. De todas formas, gracias a mi entrada en el club tendré la oportunidad de promover mis negocios en España. Eso sí, de fútbol no tomaré decisiones, lo dejaré en manos del equipo técnico y directivo actual, que tiene experiencia para ello. La parcela deportiva la dejaré en manos de los profesionales.
-¿Qué metas se propone como máximo accionista del Real Mallorca?
-Ya miramos en el mercado para incorporar buenos jugadores. Quiero que el Mallorca crezca en todos los aspectos, que esté entre los grandes del fútbol español, y si se puede, de Europa. Tenemos que ser optimistas.
-¿El fútbol se ve mejor desde el palco o desde la grada?
-Yo me considero un aficionado al fútbol, un seguidor más del Mallorca. Me gusta ver los partidos desde la grada, dónde se vive con más pasión y sientes el fútbol en su estado puro. No me sitúo en el palco, aunque parezca extraño. ¡Ya tengo ganas de poder ver el partido contra el Newcastle!