Físicamente a tope, con los ánimos renovados y esas buenas vibraciones que desprende, Jorge Lorenzo volvió a casa para rubricar con el conseller de Esports, Mateu Cañellas, el convenio de patrocinio (120 mil euros) que el Govern mantiene con el bicampéon del mundo y rookie de referencia en MotoGP. Con las miras puestas en Sachsenring, el balear agradeció la implicación institucional de su tierra y dejó claro que paseará «con orgullo el nombre de Balears por todo el mundo».
Tras un espectacular inicio de Mundial, el ocupante de la Yamaha número 48 muestra su versión más relajada tras las caídas que no le impidieron subir al cajón en Le Mans o brillar en China, pero que le impidieron rodar en Montmeló. «Aprendes más en los malos momentos. En Alemania me lo tomaré con ilusión. Hacía dos meses que no trabajaba físicamente al 100% y lo notaba en carrera. Llego bien y estoy dispuesto a todo», comentó Jorge, quien confesó que «cuando baje las escaleras, no lo hago como una persona normal, todavía me duelen los tobillos. Pero cada día estoy mejor».
Sobre los problemas de puesta a punto de la moto y sus sensaciones en la misma, el pupilo de Dani Amatriaín puntualizó que «la máquina cambia en cada circuito. Podemos volver a ganar carreras, pero hay que recuperar la confianza del inicio de la temporada, la moral de antes y durante el Gran Premio de China».
Lorenzo lanzó un mensaje de optimismo al afirmar que «estaré al 100% cuando me vea delante, luchando con los mejores. Estas motos pueden ser peligrosas cuando vas al 100% y no estás bien, cuando la confianza es baja. Me he caído cinco veces y es difícil de entender. Entonces, tienes que hacer algo, y en mi caso ha sido cortar gas e ir más lento».