César Toldrá|BASILEA
La selección suiza firmó, en su despedida de la Eurocopa, la primera victoria en su historia de la competición continental en un partido en que se encontró con una descafeinada Portugal, formada por los habituales suplentes y que ofreció su peor cara del torneo. También era la despedida de Jakob Kuhn como técnico nacional suizo y el triunfo sirvió para homenajear al veterano entrenador helvético, que deja el puesto tras siete años.
La intrascendencia del partido llevó a Luiz Felipe Scolari a revolucionar el once al máximo con ocho cambios respecto a los equipos titulares ante turcos y checos. Sólo Ricardo en la portería y Pepe y Paulo Ferreira en la defensa repitieron. Esta falta de presión motivó que, sin perder el orden y la seriedad, ambos equipos se permitiesen algunas licencias menos frecuentes en otras ocasiones más trascendentales.
El detalle que mejor expresó esta mayor libertad de actuación lo protagonizó Ricardo Quaresma. El valencianista Miguel Brito le puso un buen balón y tras una bicicleta centró al área de rabona, en una acción que recibió la ovación unánime de la grada. Aunque Suiza parecía ponerle más ganas al partido, Portugal presentaba un equipo repleto de suplentes, la calidad de los de Scolari salía a relucir con un juego de toque al que sólo le faltaba acierto en los últimos metros. El partido se convirtió en un vistoso espectáculo con ocasiones en ambas porterías y brillantes intervenciones de los guardametas. Postiga para Portugal y Yakin para Suiza tuvieron las ocasiones más claras, pero al descanso se llegó con la igualada inicial en el marcador.
El segundo periodo empezó con Suiza tocando el balón en el centro del campo pero sin tener profundidad. Sería Portugal, con un balón de Nani al poste de la portería de Zuberühler, la que pudo romper el empate en los compases iniciales del choque tras un fallo defensivo suizo.
Pero todo cambió tras un duro disparo de Quaresma desde la frontal del área, al que respondió Suiza con la mejor ocasión del partido para los locales antes de los goles, en la que Barnetta no supo resolver a escasos metros tras una buena internada de Inler, quien poco después probó suerte desde fuera del área pero su disparo salió fuera por poco. El empeño del equipo de Kobi Kuhn tuvo su premio a los 71 minutos cuando Hakan Yakin aprovechó un pase de Derdiyok para batir en su salida a Ricardo. Portugal, con su equipo 'B', estaba ofreciendo su peor cara en el torneo. El estadio era una fiesta a la que pareció que quiso unirse Portugal, ya que Fernando Meira cometió un penalti sobre Barnetta que posibilitó el segundo gol con el que los suizos ratificaban su triste triunfo, por su eliminación, a la vez que histórico, por ser el primero en una Eurocopa, y más por ser en la que eran anfitriones.