La fecha límite es el 4 de julio, pero el Joventut Mariana quiere cerrar su inscripción lo antes posible. Y la plantilla, ya que el paso del tiempo reduce el mercado. La unión de fuerzas es la única solución viable, a la espera de conocer la ayuda de Illesport. Para ello, la entidad y el Ajuntament de Sóller, en especial su regidor de Esports, Josep Lluís Colom, mantienen incontables reuniones. «No tenemos un no, eso nos hace ser positivos», explica el ahora director ejecutivo de Liga Femenina, Joan Puigserver, que acudió a la cita con Ultima Hora en el pabellón de Son Angelats, junto al edil de Esports, el nuevo presidente de la entidad, Toni Grau, y el técnico, Jorge Méndez. La parcela deportiva preocupa, aunque la situación actual «sólo influye en la contratación de las americanas, que cuanto más se dilate, puede llevar a firmar a jugadoras que pueden ser una incógnita», admite Méndez. Los contactos con empresarios y particulares no han hallado respuestas firmes, pero no se rinden. «Tenemos gestiones en marcha, queremos salir, no sé con qué presupuesto», dice Puigserver. Para el Ajuntament de Sóller, el proyecto del Mariana es un reto de altura que se asume plenamente. «Es algo único y tiene que salir adelante. Y no será necesario llegar al 1 de julio», asiente Colom, quien no se esconde al afirmar que «no les dejaremos de lado». La posibilidad que la entidad pública, en última instancia, asumiera el grueso del coste del arranque del proyecto es algo «que no sé si podríamos tratar. Es una probabilidad, pero no queremos llegar ahí», prosigue el edil, quien confirmó que «a finales de octubre o principios de noviembre» estará a punto Son Angelats, un pabellón que les permitirá cumplir con la normativa de Liga Femenina.
La llegada de un patrocinador principal era el objetivo, pero su ausencia hace que se replantee la situación. «Sino, buscaremos unir fuerzas», explica Colom, mientras Puigserver hace un llamamiento al sentimiento solleric y recuerda que «el Mariana puede jugar en una de las mejores ligas de Europa. Esperemos que no nos demos cuenta de lo que ahora tenemos cuando sea demasiado tarde». Las exigencias se han incrementado (el aval asciende a 35 mil euros) y se espera poder contar con 600 mil euros para el curso. El decano maneja dos vías de actuación. Una pasa por hallar un patrocinador principal, pero la que cobra forma es la de dar al equipo un nombre genérico ligado a Sóller, uniendo con ello la aportación de varios estamentos de la Vall para completar el capital necesario que haga realidad «un sueño que no se puede esfumar», apunta Grau.