Los Blazers ya tienen un hueco reservado para Rudy en el vestuario del Rose Garden Arena. La franquicia de Portland y el escolta mallorquín agotan las horas y los días para oficializar la marcha del mayor de la saga Fernández a la NBA. Nate McMillan y Kevin Pritchard, entrenador y general manager del equipo rojinegro, son los principales avalistas del todavía jugador del DKV Joventut, club con el que tiene contrato en vigor, aunque la revisión del mismo y la mejora de las condiciones en caso de su salto a la NBA, además del interés de los Blazers agilizan la marcha de la estrella de una Penya que, con el adiós de Aíto y Rudy, cerrará un ciclo culminado de manera brillante con una temporada en la que tres títulos (Liga Catalana, Copa del Rey y Copa ULEB), además de los MVP de las dos últimas competiciones, avalan la trayectoria del internacional, que antes de instalarse en Oregón afronta el reto de los Juegos Olímpicos de Pekín. Si con la Penya su historial ha engordado, a nivel de selección, el título mundial y la plata en el Eurobásket completan dos años plagados de buenas noticias.
Rudy cruzará el Atlántico con la garantía ofrecida por los Blazers de gozar de protagonismo pese a que su posición está poblada. Y lo hará perdiendo dinero, ya que su actual ficha en la Penya y las jugosas ofertas que maneja en Europa distan de los cerca de cinco millones de dólares que estipula el salario mínimo para un rookie, caso de Rudy o del propio Juan Carlos Navarro en su puesta de largo en los Grizzlies. Así, el exterior formado en Sant Josep seguirá los pasos de su hermana Marta, que el pasado verano jugó en la WNBA (Los Àngeles Sparks) ya hará realidad el sueño que persigue desde su irrupción en la ACB, allá por 2003.
El representante del jugador, Gerard Darnés, no confirma la marcha de Rudy y remite a una notificación oficial por parte del profesional al club con el que renovó contrato hasta 2013 el pasado mes de junio, aunque en el entorno del escolta ya se habla de su traslado a Oregón tras el verano. Sólo un giro radical podría aplazar una decisión que tendría fecha de caducidad en verano de 2009, aunque Rudy sabe que la ACB se le ha quedado pequeña y este es su momento. En el Joventut dan por hecho que perderán a su jugador franquicia, aunque el presidente verdinegro, Jordi Villacampa, mantiene la esperanza de poder contar con Fernández los detalles del acuerdo definitivo, que podría firmarse en Portland, ciudad a la que se desplazaría Rudy con la finalidad de plasmar el acuerdo que le convertiría en el octavo baloncestista español que jugará en la NBA.
A expensas de hacer oficial un secreto que está en boca de todo el baloncesto nacional, Rudy entrará en el selecto club de estrellas que habrá tenido la posibilidad de jugar en la mejor liga del planeta. Y el tercero que lo hará en Portland. El desaparecido Fernando Martín, el pionero, y Sergio Rodríguez, con el que compartirá vestuario, ya forman parte de la historia de los Blazers, que aguardan con los brazos abiertos a un efectivo al que muchos comparan allí con Ginóbili.
Pau Gasol (en plena lucha por el anillo con los Lakers e iniciado en los Grizzlies), Raúl López (ahora en el Real Madrid y ex de los Jazz de Utah), José Manuel Calderón y Jorge Garbajosa (Toronto Raptors) y Juan Carlos Navarro (Memphis) han sido los que han señalado la senda del baloncesto estadounidense al mallorquín, drafteado en 2007 por los Suns de Phoenix en el puesto 24º de la primera ronda, aunque sus derechos fueron a parar a los Blazers, que tras un período de dudas, han decidido por hacer efectiva su opción sobre Rudy, una apuesta de futuro que permite al baloncesto mallorquín entrar en la historia.