No pudo variar el ViveMenorca su habitual guión en los desplazamientos, pese a mantenerse con vida hasta el último segundo. Compitió el conjunto de Ricard Casas, aunque se equivocó en su última posesión. Restando apenas veinte segundos, yendo dos abajo, y con Moss y Varda eliminados por personales, la lógica dictaminaba forzar una jugada de tres puntos para evitar la prórroga. Sin embargo, Marinovic penetró e igualó el electrónico (63-63), permitiendo al Akasvayu gozar de hasta ocho segundos para buscar la sentencia. Y la encontró. Un atisbo de falta del base serbio sobre Sada dejó en inferioridad el balance defensivo menorquín, demasiado botín para un Mc Donald que, completamente solo, recibió y ejerció de verdugo, estrenó su estadística de triples justo cuando más lo precisaba su equipo, y alargó el nefasto bagaje isleño lejos de Maó. Tres meses sin sumar fuera del Pavelló acumulan los menorquines.
Con todo, y moviéndose en sus habituales parámetros de irregularidad dentro de un mismo partido, aguantó bien el Menorca. Cerró el primer cuarto con ventaja (15-19), logró recuperar un marcador adverso (29-22) durante el segundo, y alcanzó el descanso con unos guarismos de lo más prometedores (34-35).
Las alternativas durante el primer parcial fueron una constante (5-7, 9-8, 13-17). El Menorca, en zona, no descuidaba la línea exterior, impidiendo fáciles lanzamientos a la batería de aleros catalana. Sólo Gasol, con un par de buenas acciones, provocaba algunos problemas en el poste bajo. El pívot internacional se las tuvo tiesas, con Moss primero, y con Varda después. Reaccionó Akasvayu en la segunda manga. San Emeterio se zafaba con facilidad y encontraba el camino del aro desde los 6'25, espléndidamente apoyado por Montáñez, al tiempo que el Menorca se atascó en labores ofensivas. Los de Martínez abrieron una ligera brecha en el luminoso (27-20), y más de cinco minutos tardó el grupo de Casas en sumar su primera canasta en juego. La entrada de Shirley abrió espacios, y el buen hacer de Moss permitió a los menorquines reactivarse justo antes del intermedio (34-35).
Sin embargo, palideció el Menorca apenas inaugurado el tercer cuarto. Supeditados a las acciones de Sada, los de Casas no encontraron réplica para frenar el caudal de juego generado por el base catalán (46-40). Aparecieron Guzmán y Stojic, lo que desplazó a Marinovic al puesto de guardia. Varda, inédito en ataque, se convertía, defensivamente, en la peor pesadilla para Marc Gasol. Frenado el mayor poderío interior de Akasvayu, eran los exteriores quiénes seguían generando enormes réditos ofensivos para los de Pedro Martínez, aunque el Menorca se mantenía con opciones (53-46 para cerrar el tercer parcial).
El despertar del último periodo coincidió con la eliminación de Varda. Luego fue Moss quién acumuló la quinta. Previamente, el Menorca desperdició hasta tres ataques para colocarse a tiro de dos (53-48). Ni Stojic ni Varda estuvieron certeros. El partido entró en su recta final y cada ataque era un suplicio. Los yerros catalanes en los tiros libres dieron posibilidades a los de Casas (60-59, 62-61), que enfilaron el último tramo aspirando a todo. Sin embargo, la fatídica acción culminada por Mc Donald, cercenó cualquier resquicio para completar la remontada.