La batalla entre el estamento arbitral y Sergio Ballesteros parece que tiene un claro ganador en el primero. Una nueva expulsión rodeada de polémica ha convertido al central de Burjassot en epicentro de una polémica que parece no tener fin. Y el propio jugador parece ser consciente de ello. «El listo de esta película es Tamudo, que se ha tirado, y yo soy el tonto», aseveraba el propio Ballesteros en los micrófonos de IB3 Ràdio minutos después del final del encuentro ante el Espanyol, reconociendo que se encontraba «mal, pero qué vamos a hacer, esto está montado así, ya no sé qué decir. Son tres errores consecutivos, una falta que es sobre Nunes, el penalti que no es porque me buscan y una expulsión que tampoco lo es. ¿Qué hacemos? Yo me he cansado de denunciarlo». De la misma manera, admitió que a estas alturas «ya no puedo hacer faltas; si lo hago, es amarilla, y si es en el área, es penalti y roja. Y si protesto o toco a alguien, agresión... Y el próximo árbitro que me coja, ¿qué dirá si me quejo ahora?», prosiguió, para centrar sus iras en Raúl Tamudo. «A él no le conocen, lleva 400 partidos, más de 100 goles y todavía no le conocen, porque siempre se tira y se lo pitan. Se lo he dicho al árbitro, me parece increíble que Tamudo os engañe contínuamente».
Sobre la acción que llevó consigo su expulsión, confesó Ballesteros que «la roja iba para (Fernando) Navarro, rectifica y me la saca a mí. Yo le dije que cometía un error y me expulsó. Ya está, no puedo hacer nada más al respecto», y preguntado sobre la posibilidad de recurrir su expulsión, dejó el caso «en manos del club. Ellos decidirán. Hay tantas cosas que se tienen que cambiar en el fútbol español que estaríamos hablando horas y horas y no arreglaríamos nada, ¿qué te apuestas? Lo único que yo tengo claro a estas alturas es que cualquier falta que haga va a ser amarilla, y por un poco más, será roja», concluyó el defensa mallorquinista, visiblemente molesto.
El que tampoco podía esconder su malestar era el presidente y máximo accionista de la SAD balear. Vicenç Grande se marchaba a casa con la sensación «de haber perdido dos puntos, con un gol de penalti, otro en propia meta y una expulsión que no era. ¿Recurrirla? Si es perder el tiempo, no lo haremos». Sobre la decisiva pena máxima y el colegiado, optó por pasar página. «No quiero valorar si es penalti, pero me marcho triste, decepcionado y con sabor agridulce. Undiano es un gran árbitro, pero una flor no hace verano. Si era penalti el de Tamudo, era más el de Güiza y tengo dudas sobre Ballesteros, quien no quiero pensar que esté perseguido», prosiguió el presidente del Real Mallorca, quien lanzó un claro mensaje a Jonás Gutiérrez y su entorno tras las quejas exhibidas a través de los medios de comunicación en relación al contrato del jugador. «No me comunico con los jugadores por la prensa, pero encuentro poco alegante que el propio jugador, su representante o un familiar vaya por los medios. Nosotros no lo haríamos. Actuarímos privadamente, como siempre lo hemos hecho, y desde ahora, me gustaría que si Jonás y sus representantes tienen algo que decirnos, ya saben dónde estamos y haremos lo posible para que se quede, hasta lo que se pueda, pero no vale la pena hablar más», comentó el dirigente mallorquinista, mientras que el jugador se centró en lo puramente deportivo y confesó que «voy a dar lo mejor para que el equipo sume, que es lo que me importa», explicó el internacional argentino.