Fernando Fernández ¿Qué le pasa a Lou Roe? Esa es la pregunta que flota en el entorno de un Palma Aqua Mágica en el que las bajas prestaciones de su jugador franquicia -el mejor pagado del plantel y la referencia de la LEB Oro- han encendido las alarmas. Tanto, que desde la cúpula regente se han exigido explicaciones dado el radical cambio exhibido por el ala-pívot de Atlantic City en referencia al final del pasado curso. El punto de inflexión fue el choque frente a Los Barrios, en el que Roe fue eliminado por cinco faltas -algo muy poco habitual-, y apenas logró anotar nueve puntos y capturar cinco rebotes en poco más de veintiséis minutos en cancha. Esa línea ha tenido continuidad a lo largo de anteriores encuentros, en los que el rendimiento del estadounidense, pilar del tercer proyecto encabezado por Guillem Alomar, ha estado por debajo de lo que Lou Roe tiene acostumbrada a la estadística.
En el club se tiene confianza en la profesionalidad del jugador, e incluso se desconoce la existencia de posibles ofertas externas. Los problemas físicos que ha padecido Roe a lo largo de la pretemporada pueden ser la justificación a una dinámica que preocupa, y mucho, teniendo en cuenta las esperanzas que en Roe se habían depositado. Pese a todo, y si las cosas no cambian, no se descarta tomar medidas de entidad para evitar que en balance (2-4) en la clasificación les aleje más de la posibilidad de ser campeones de la liga regular y, en consecuencia, de estar entre los nueve primeros y tener con ello opciones de disputar los cruces de ascenso a la ACB. El cargo de Tobalina tendrá, al mismo tiempo que la continuidad de Roe, un serio examen dentro de una semana, en el Palma Arena y frente al Melilla (19 horas). Esa cita debe marcar el futuro más inmediato de un proyecto que mira hacia su estrella, que promedia 15 puntos y 7 rebotes, además de una valoración media de 17. Unos números que no parecen, ni por asomo, los de Lou Roe.