Gregorio Manzano cruzará el próximo sábado una puerta centenaria. El entrenador jienense dirigirá ante el Espanyol su partido 100 con el Real Mallorca en Primera División, una cifra que sólo han podido alcanzar Llorenç Serra Ferrer, con 184 choques, y Héctor Raúl Cúper, que acumuló 128 encuentros en dos etapas. Desde aquel lejano 1 de septiembre de 2002, en un Mallorca-Valencia (0-2), hasta el Recreativo-Mallorca (0-2) del pasado domingo, el técnico de Bailén presenta una tarjeta con más triunfos que derrotas, aunque todavía arrastra un déficit de -4 en la diferencia de goles.
El centenario de Gregorio Manzano ofrece números notables durante sus dos etapas. En su era inicial (02-03), Manzano condujo al Mallorca al techo con la conquista de la primera, y de momento única, Copa del Rey que luce en sus vitrinas. Además, enganchó siete victorias consecutivas, la mejor marca ganadora de toda su historia en la máxima categoría.
Tras desfilar por el banquillo del Atlético de Madrid y Málaga, Manzano acudió al rescate del Mallorca en la recta final de la campaña 2005-06. Tomó las riendas de un equipo hundido, situado en la última posición de la tabla y con casi los dos pies en Segunda. Con su peculiar estilo, supo darle la vuelta al destino. El Mallorca sumó 24 puntos en las quince últimas jornadas del torneo y acabó celebrando la permanencia por todo lo alto.
En el curso anterior, el grupo balear se comportó con una sorprendente soltura en el primer tercio -llegó a ser el equipo menos goleado de la competición-, se desmoronó a final de año -encadenó cuatro derrotas consecutivas a lo largo del mes de diciembre- para rebelarse en la segunda vuelta como el mejor conjunto local del campeonato: siete triunfos consecutivos en el ONO Estadi, su mejor racha en Primera División en 91 años de historia. Esa solvencia ante la hinchada le permitió amarrar la permanencia en la elite a falta de cinco jornadas para la finalización del campeonato y rozar la puntuación de su primera etapa (sumó 49 puntos por los 52 de su anterior etapa).