Efe|HAMBURGO
Con menos autoridad de la esperada Rafael Nadal solventó el compromiso con su compatriota Oscar Hernández (7-5 y 6-1) y se plantó en los octavos de final del torneo de Hamburgo, donde le espera el ruso Igor Andreev, el último verdugo en tierra batida del tenista mallorquín. Nadal acumula setenta y ocho victorias sobre arcilla después de su victoria ante Hernández, en una jornada alterada por la lluvia que cayó sobre la ciudad alemana y en la que también sellaron su pase a la tercera ronda el suizo Roger Federer, el balear Carlos Moyà y el australiano Lleyton Hewitt. Rafael Nadal, que acumula el esfuerzo de tres semanas seguidas en plena competición, se enfrascó en un juego espeso al principio de su duelo contra Hernández. El barcelonés, sin apenas repercusión alguna en el circuito, con un palmarés carente de brillo en sus nueve años de profesional y situado en el puesto 69 del ránking gracias a su tesón y su imparable actividad, puso en jaque a su adversario en el primer parcial.
El número dos del mundo espera a Igor Andreev, que batió al alemán Phillip Kohlschreiber (6-7 (3), 6-1 y 6-4). Es la primera vez que Nadal coincide en una pista de tierra con el moscovita desde el 8 de abril de 2005, la última derrota demanacorí sobre esta superficie (7-5 y 6-2). Fue en los cuartos de final de Valencia. No ha vuelto a caer en arcilla desde entonces. Y acumula 78 triunfos de carrerilla. Ya ha resuelto cuentas con el ruso en el enfrentamiento que este mismo año ambos tenistas protagonizaron en Dubai. Nadal ganó en tres sets (6-2, 3-6 y 7-6(2)). Pero fue en pista dura. Andreev ha caído estrepitosamente en el ránking. Ocupa el puesto 169, lejos del veinticuatro que ostentó en el 2006, cuando rentabilizó los éxitos en Moscú, Palermo y Valencia, sus únicos títulos. Este año su mejor papel está en los cuartos de final del torneo de Viña del Mar. Pero además, la tercera jornada del quinto Masters Series del curso subrayó las dificultades por las que atraviesa el número uno del mundo. Roger Federer necesitó tres sets para liquidar al argentino Juan Mónaco, uno de los mejores amigos de Nadal, (6-3, 2-6 y 6-4).