Rafael Nadal necesitaba volver a ganar. Alejado durante ocho meses de la ceremonia de entrega de trofeos de los torneos, el tenista mallorquín ha tenido que aprender a convivir con las lesiones y las molestias para volver a alzarse con un título. Sólo ha hecho falta que Roger Federer diera un paso en falso para que el jugador balear volviera a enseñar los dientes. Su triunfo en el Masters Series de Indian Wells, primera victoria en 2007, supone una declaración de intenciones ante la inminente llegada de la temporada de tierra batida y la constatación de que el «Extraterrestre» sigue en forma.
Las malditas plantillas que debe utilizar para proteger su pie izquierdo, no han dejado de dar problemas a Rafael Nadal desde que alcanzara la final de Wimbledon en 2006. Los periodos de inactividad y las inoportunas molestias en momentos claves de los torneos importantes, habían provocado que el mallorquín no volviera a morder un trofeo y su segunda Copa de los Mosqueteros (Roland Garros, junio de 2006) empezaba a quedar lejana.
Rafael Nadal ha sido honesto durante los diez días que ha permanecido en Indian Wells. Dijo al llegar al desierto californiano que sentía que se encontraba muy bien pese a haber quedado eliminado en cuartos de final en el Torneo de Dubai, y cada ronda ha mostrado un mejor nivel. Arnaud Clement, Fernando Verdasco, Juan Carlos Ferrero, Juan Ignacio Chela, Andy Roddick y finalmente Novak Djokovic se han inclinado ante un Nadal que levantó ayer su séptimo título de Masters Series y que vuelve a lanzarle un pulso a Roger Federer.
Y es que llega un tramo de la temporada apasionante, pero en el que Nadal deberá volver a ser selectivo. Sin tiempo para disfrutar de su triunfo en Indian Wells, Rafael Nadal y el resto de las principales raquetas del circuito ATP se desplazan a Miami para competir en el Masters Series de Cayo Vizcaino. El segundo TMS de la temporada levantará el telón con un Roger Federer enrabietado tras su prematura eliminación en Indian Wells a manos de Guillermo Cañas, y con un Rafael Nadal desplegando su mejor nivel en una cita que se jugará sobre la siempre peligrosa pista rápida.
Más importante que ganar, será no caer lesionado. Rafael Nadal lleva muchos días jugando a un nivel muy exigente y debe prevenir posibles molestias porque se avecina un tramo del curso vital. En la temporada de tierra batida, el tenista mallorquín deberá defender sus victorias en el TMS de Montecarlo, el Trofeo Conde de Godó, el TMS de Roma y Roland Garros, sin olvidar que antes de viajar a Mónaco el tenista mallorquín jugará la eliminatoria de cuartos de final de Copa Davis entre Estados Unidos y España.