TAU VITORIA | 96 |
VIVEMENORCA | 59 |
TAU VITORIA (27+18+17+34): Prigioni (6), Rakocevic (19), Vidal (1), Scola (17), Splitter (22), -cinco inicial-, Planinic (10), Erdogán (15), Teletovic (2), Peker (1) y Arslan (3).
VIVEMENORCA (18+18+13+10): Nacho Rodríguez (0), Stojic (10), Bazdaric (15), Moss (18), Alzamora (2) -cinco inicial-, Yáñez (4), McCoy (8), Farabello (0), Vasiljevic (2), Ivanov (0) y Llorens (0).
Àrbitros: Óscar Perea, Felipe Llamazares y David Soto. Sin eliminados.
Lluís Orfila|VITORIA
No pudo el ViveMenorca superar la dura reválida que suponía visitar el Buesa Arena, y sucumbió con claridad ante el inquilino del majestuoso pabellón vitoriano. El Tau, amparado en el juego brillante y disciplinado de sus figuras, avasalló a los de Ricard Casas, ratificando su condición de equipo casi imperturbable en su cancha. Por el contrario, los menorquines encajaron la derrota más grave y abultada desde que Casas ocupa el banquillo isleño, bajando los brazos con estrépito en el último cuarto. La valoración final de ambos conjuntos, 130 para el Tau por 30 del Menorca, expresa con rotundidad lo que aconteció ayer en Vitoria.
De inicio, y tras un breve intercambio de canastas (11-9), el Tau logró un parcial de 12-0, edificado sobre las acciones cercanas a canasta (23-9). Scola y Splitter sacaban petróleo en la pintura, gracias a la lentitud menorquina en las ayudas defensivas. Casas dio entrada a McCoy en busca de soluciones, pero el americano, con dos pérdidas de balón consecutivas, contribuyó a que los vascos mantuvieran la renta por encima de los diez.
Casas pidió tiempo, movió el banquillo, trató de ajustar la defensa... pero la calidad del rival impedía cualquier atisbo de remontada. Con todo, el primer enceste de McCoy, al borde del bocinazo, permitía al Menorca situar la desventaja por debajo de la decena al final del primer cuarto (27-18). El segundo acto comenzó de forma esperanzadora, y el grupo de Casas redujo la diferencia hasta los cinco y con balón en su poder (27-22). No obstante, no fue más que un mero espejismo, pues el Tau, rápidamente puso tierra de por medio (33-22).