Efe|INDIAN WELLS
Ganó el último en junio del año pasado en Roland Garros ante el suizo Roger Federer, y después perdió en la histórica final de Wimbledon contra el helvético. Luego, una larga sequía con cambios técnicos en su juego para hacerlo más agresivo, y lesiones por medio han amargado su trayectoria. Por eso quizás la victoria ante el prometedor Djokovic, que hoy hará su entrada entre los diez mejores del mundo, le supo a título de Grand Slam, porque además recibió el trofeo de manos del tricampeón de Wimbledon el alemán Boris Becker, el último jovencito que ganó en Indian Wells con 19 años, en 1987.
En la final más joven de la historia de este torneo, Nadal, de tan solo 20 años, supo imponer su experiencia ante un jugador que como él llegaba a la última instancia sin ceder un set. Pero para el balear, con 86 semanas seguidas como segundo del mundo, era su sexta final en un Masters Series diferente (récord en cuanto a los españoles) y para el de Belgrado la primera en este tipo de torneos. Y eso pesó en el balance final.
Nadal ha sabido sacarse la espina a base de esfuerzo y ahora, con el quinto título logrado sobre pista dura (Montreal, Madrid y Pekín en 2005 y Dubai en 2006) afronta el segundo Masters Series de la temporada en Cayo Vizcaíno, donde tan solo defiende segunda ronda (cayó contra Carlos Moyá) y donde Federer expone el título. Otra ocasión para el balear para recortar diferencias, con los 500 puntos que ganó ayer. Luego seguirá su compromiso de Copa Davis contra Estados Unidos y después la ansiada temporada de tierra batida.