F. Fernández
Tras casi dos años de inactividad y una larga negociación, el mundo
del motor en las Islas, pero en especial en Mallorca, ha recuperado
buena parte de su historia. La apertura oficial de la temporada
2005 de velocidad fue el eje sobre el que vertebró la puesta de
largo del Circuit Illes Balears de Llucmajor. Miles de aficionados
acudieron a la llamada, que tuvo como gran reclamo la presencia
sobre el asfalto de Jorge Lorenzo. El piloto mallorquín, enrolado
en el Fortuna Racing Team dentro del Mundial de motociclismo en 250
centímetros cúbicos, acaparó todas las atenciones de los
incondicionales de las dos ruedas.
Autógrafos, fotos, un saludo... Cualquier excusa era buena para compartir unos segundos con el mejor motociclista balear de todos los tiempos, quien dentro de unas horas iniciará su viaje hacia China, país que albergará el próximo fin de semana el tercer Gran Premio del curso. El acuerdo al que llegaron la propiedad del Circuito y el Govern permitirá a las federaciones de motociclismo y automovilismo disponer de facilidades a la hora de poder hacer uso de la instalación. La primera fue la que ayer dio el primer paso.
Los moteros tomaron el Circuit Illes Balears, en una cita ineludible a la que tampoco faltaron la consellera de Presidència, Rosa Puig, el director general d'Esports del Govern, Pepote Ballester, y el alcalde de Llucmajor, Lluc Tomàs. No en vano, el consistorio también será una pieza clave en este periplo que arranca con una larga serie de proyectos encabezados por la escuela de pilotos que encabezará Chicho Lorenzo. La irrupción en pista de Jorge hizo rugir a los aficionados. En el cort de cinta estuvo acompañado por todas las autoridades, para posteriormente dar una vuelta en solitario. Pronto se formó un numeroso grupo de motos a su espalda.