Comenzó a destrozar botas de fútbol a los «cinco o seis años» en el Son Roca, ingresó en el Real Mallorca en alevines y desde entonces ha ido subiendo todos los peldaños del club hasta la cima del primer equipo, una meta que ha cruzado antes que nadie. Carlos Carmona Bonet (05.07.1987, Palma) entró el pasado domingo en Mestalla en la Historia de la entidad balear por la puerta grande. A sus 17 años, 4 meses y 23 días, este tímido adolescente, sobrino de Paco Bonet y que emplea su tiempo libre en un cursillo para obtener el título de Graduado Escolar a la espera de matricularse en una autoescuela, eNiño batió la marca establecida por Pepe Gálvez hace más de una década (ver apoyo) y se convirtió en el futbolista más joven en debutar con la camiseta del Real Mallorca en Primera División.
Su rostro aniñado y su timidez ante un micrófono delatan su adolescencia. Ayer, el día después de pasar a formar parte de la leyenda mallorquinista, Carlos Carmona atendió con amabilidad a este periódico en su domicilio del Pont d'Inca Nou junto a sus padres -presentes en las gradas de Mestalla- para explicar sus sensaciones. «Cuando Cúper me llamó para salir me puse un poco nervioso. Pero una vez en el terreno de juego me concentré en lo que tenía que hacer», relata Carmona, que sólo tuvo tiempo para tocar «dos o tres veces» el balón.
El interior mallorquín, a quien su progenitor acompaña cada día a Son Bibiloni, no esconde su ilusión por la marca sellada en Mestalla: «Es un dato que me enorgullece, aunque no hay que darle tanta importancia». La precocidad ha marcado la carrera de Carmona, un jugador que ha pasado directamente del División de Honor a la primera plantilla con un paso fugaz por el Mallorca B, donde también se ha estrenado durante el presente curso 04-05. Con sólo 15 años debutó en el Juvenil. Incluso llegó a ir convocado para la final de la Copa del Rey disputada en junio de 2003 ante el Espanyol, aunque fue el jugador descartado. La pasada campaña, con 16 años, dio el salto a las selecciones nacionales Sub-16 y Sub-17, donde es un habitual al lado de Javi García (Real Madrid), Cesc Fábregas (Arsenal), Diego Capel (Sevilla) o Gerard Piqué (Manchester United). Este verano, unos días después de cumplir los 17 años y de firmar su primer contrato profesional -el Mallorca lo ató hasta 2009, con una cláusula de rescisión de 20 millones de euros, por un interés del Arsenal- fue convocado por Benito Floro para la pretemporada en Inglaterra.
La destitución de Floro y el aterrizaje en el banquillo de Tomeu Llompart le allanó el camino del primer equipo. El pasado 27 de octubre, ante el Rayo en la Copa del Rey, el técnico inquense le dio la alternativa en competición oficial. Cúper también confió en él frente al el Lanzarote y le incluyó en las convocatorias contra Sevilla, Atlético y Zaragoza, pero su papel se limitó a calentar en la banda. Hasta que el pasado domingo, en el minuto 75, cogió el relevo de Jorge López y entró directamente en la Historia del club: «Me dijo que encarase sin miedo al rival y eso es lo que intenté», recuerda Carmona, a quien su ascensión a la primera plantilla le ha pillado por sorpresa: «Pensaba que iba a jugar más en el filial y que quizás, durante la temporada, podría tener alguna oportunidad». Carlos Carmona considera un «orgullo» entrenar con gente como Marcos o Nadal y asegura tener los pies en el suelo: «Sé que he tenido la oportunidad en el primer equipo por las lesiones de otros jugadores. Si regresó al filial, trabajaré para intentar hacerme un hueco». De momento ya ha conseguido dejar su huella en la historia del Mallorca. Y antes de la mayoría de edad.