El Mallorca ya ha cambiado el chip. Con un punto más en bolsillo, pero también con la sensación de que el equipo está todavía muy lejos de su mejor rendimiento, la escuadra de Floro pretende olvidar cuanto antes su paso por Albacete y centrarse en una de las citas más apasionantes de este primer ciclo de la competición. El mejor Barcelona de los últimos tiempos irrumpirá el domingo sobre el césped del estadio de Son Moix dispuesto a aumentar su credibilidad en el torneo doméstico y eso supone una seria amenaza para un conjunto, todavía en formación, que debe recuperar sus mejores argumentos si quiere sostenerse.
El empate del Carlos Belmonte no ha hecho más que alimentar las dudas que se han originado en torno al once balear después de sus primeras actuaciones. Los problemas atacantes y la falta de presencia en los últimos metros se han hecho más evidentes y las carencias rojillas empiezan a preocupar a una afición demasiado acostumbrada al sufrimiento en los últimos ejercicios.
La proximidad del encuentro ante el Barça ha acentuado además varios temores que convergerán en un mismo escenario. Por un lado, preocupa la fragilidad defensiva del equipo dado el potencial que administra el conjunto de Frank Rijkaard de medio campo hacia adelante. Y es que la vuelta de Samuel Etoo, -que polarizará buena parte de la atención del enfrentamiento- no afectará solamente al aspecto emotivo de la cita, ya que el africano no representa el único peligro de los azulgrana. Pese a su calidad, el camerunés no ha alcanzado aún su mejor nivel de juego y está siendo eclipsado por hombres como Giuly, Larsson o el propio Ronaldinho, con lo que el grado de peligro de los catalanes se dispara notablemente. Ante tal elenco de futbolistas, Benito Floro deberá apuntalar la línea defensiva y será interesante observar por qué pareja de centrales se decanta para frenar al Barça. La derrota ante el Málaga provocó la entrada en el equipo de Müller en detrimento de Fernando Niño y está por ver si el técnico asturiano presentará la misma zaga que alineó en Albacete o si volverá recomponer el eje de la retaguardia.Otro factor a tener en cuenta es la necesidad que tiene el Mallorca de inaugurar su casillero como local. Madrid y Málaga ya dieron buena cuenta de la debilidad local en Son Moix y el equipo de Rijkaard no parece un enemigo apropiado para iniciar la remontada, aunque una victoria acabaría de un plumazo con las críticas y dejaría a los baleares en una posición más que aceptable.
Falta por comprobar si Floro seguirá insistiendo en el mismo esquema que ha puesto en danza hasta ahora. A la espera de conocer si se podrá contar con Farinós, el partido de Albacete no ha dejado más bajas aparentes y parece que la alineación no estará condicionada por las ausencias. El plantel volverá hoy al trabajo y tendrá dos sesiones para preparar el enfrentamiento.