Rodolfo Fernández Farrés llevaba varios meses reclamando la atención. Lo hizo firmando un partido grande en el Raimundo Saporta, en la primera jornada de la Liga ACB (Real Madrid-Joventut), y abriéndose paso con rapidez sobre la pizarra de Aito García Reneses. No es un logro asumible para cualquier novato; que ha adornado su condición de estrella emergente con el título de MVP de la Copa del Rey -jugador más valioso-; que pronto se enfundará la camiseta de la selección absoluta -Moncho López ya lo ha anunciado- y que tiene prácticamente garantizada su presencia en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Nacido en Palma de Mallorca el 4 de abril de 1985, Rudy Fernández (1.95 metros de altura) ha escogido Sevilla para dejar claro que es el mejor jugador español en su posición -escolta- y que sus condiciones físicas y técnicas le sitúan un peldaño por encima de la media. A sus 18 años de edad, los analistas auguran que será una elección de primera ronda en el draft de la NBA. Como hiciera Pau Gasol en Málaga -en la edición de 2001-, Rudy Fernández ha pasado como un ciclón por la Copa del Rey.
Eso si, el Joventut de Badalona cayó en la final ante el TAU Vitoria, una circunstancia que realza su condición de MPV del torneo. Desde Velimir Perasovic, hace ya diez años, todos los MVP se habían proclamado campeones: Pablo Laso (1995), Joan Creus (96), Andre Turner (97), Nacho Rodilla (98), Elmer Bennett (99), Alfonso Reyes (2000), Pau Gasol (01), Dejan Tomasevic (02) y Bodiroga (03). Jordi Villacampa, referencia ineludible del mejor Joventut de la historia, considera que el joven alero mallorquín le supera como jugador. «Su juego no me recuerda para nada al mío. Es bastante mejor que yo a su edad», advirtió el actual presidente de la Penya.