Efe|TÚNEZ
Camerún, liderada por el delantero del Mallorca, Samuel Etoo, y
ganadora de las dos últimas ediciones, parte como la gran favorita
de la Copa de Africa, que comienza hoy y se disputará hasta el
próximo 14 de febrero, en Túnez. Con Samuel Etoo, en el campo, y
Marc-Vivien Foe, en el recuerdo, la selección camerunesa considera
que tiene suficientes argumentos para revalidar por tercer ocasión
consecutiva el título continental, algo que nadie ha conseguido
desde que comenzase esta competición, en 1957, y sumar su quinto
campeonato, tras los triunfos en 1984, 1988, 2000 y 2002. Pocos le
discuten su favoritismo. Es la actual campeona, tiene el título
olímpico (que le arrebató a España en Sydney 2000) y, en junio
pasado, se proclamó subcampeona de la Copa de las Confederaciones,
tan sólo derrotada por un «gol de oro» del francés Thierry Henry,
en la final.
Cuenta, además, con el delantero del Mallorca Samuel Eto'o, probablemente el mejor jugador africano del momento, erigido en el líder de los «Leones Indomables», y con una motivación especial; dedicar el título a Marc-Vivien Foé, el compañero fallecido mientras disputaba la semifinal de la Copa de las Confederaciones contra Colombia. Camerún es la selección que más pasión despierta, la más seguida y la más «glamourosa», como demuestra su atuendo. Si hace dos años estrenaron las camisetas ajustadas sin mangas, en esta ocasión, añaden un «zarpazo» de león en sus costados. Los principales candidatos a destronar a los «leones indomables» son Nigeria, Senegal y los anfitriones, Túnez. Las «Superáguilas», que junto a Camerún abrieron brecha a favor de Africa en el fútbol mundial, tratan de recuperar el prestigio perdido, tras sus decepcionantes actuaciones en los Juegos Olímpicos de Sydney y en Corea-Japón 2002, con el jugador del Arsenal Nwankwo Kanu como mejor reclamo.
Senegal tiene que refrendar el buen papel que hizo en el pasado Mundial, cuando dio la gran sorpresa al derrotar a Francia, en el partido inaugural y superó la primera fase. Ya no tiene a Bruno Metsu, el excéntrico técnico que le situó en el mapa mundial, pero ha recurrido a otro entrenador francés, Guy Stephan, que curiosamente formaba parte del equipo técnico de la selección gala en Corea-Japón 2002. Su «jefe» entonces, Roger Lemerre, ha sido reclutado por los anfitriones, que afrontan una doble responsabilidad. Túnez necesita hacer un buen papel ante su público y, de paso, demostrar que puede organizar un torneo de gran nivel, ya que es una de las candidatas al Mundial 2010. La selección tunecina se enfrentará, en el partido inaugural, a Ruanda, un país que observa la participación de su conjunto como una buena ocasión para cimentar la reconciliación nacional, tras la brutal guerra civil, que enfrentó a hutus y tutsis, hace una década.