Los pesos pesados del Consejo de Administración del Real Mallorca se reunieron ayer en el estadio de Son Moix para analizar la situación del club y conocer de primera mano las novedades de la entidad a sólo un partido de alcanzar el ecuador de la temporada y con el mercado de invierno en plena ebullición. Los principales puntos de debate se centraron en el futuro de Samuel Etoo, a quien el club no quiere vender por lo menos hasta junio y por el que no se han recibido ofertas económicas concretas; la baja del yugoslavo Jovan Stankovic por motivos «única y exclusivamente deportivos» -Luis no contaba con él-; la opción de reforzar a la plantilla durante este mes «dentro de las posibilidades económicas de la entidad» y la posible llegada del argentino Guillermo Pereyra en junio y no de forma inmediata tal y como se había previsto inicialmente.
Al parecer, el Wolfsburgo alemán se ha metido por medio de la operación e incluso podría fichar al centrocampista la próxima semana. A la reunión, que se inició a las seis y media de la tarde y finalizó a las nueve de la noche, asistieron Bartomeu Cursach, su hija Sonia, Vicente Rotger, Joan Buades, Miquel Vaquer, Vicenç Grande y Mateo Alemany. El encuentro consistió en una exposición del presidente desarrollando diversos temas de la actualidad, principalmente en lo que hace referencia a las altas y bajas en este segundo plazo de fichajes, así como los motivos de la baja de Stankovic, una decisión personal del cuerpo técnico, y la permanencia en la entidad, al menos por ahora, de Ligüera, que será el jugador descartado en caso de que el Mallorca contrate a otro extra comunitario.
En cuanto a los posibles fichajes, sobre la mesa quedó claro que el club está trabajando «con intensidad» en este sentido para encontrar «algún futbolista que sea bueno, bonito y barato». La secretaría técnica mantiene varios frentes abiertos y maneja una larga lista de futuribles no sólo para reforzar al equipo en este mercado de invierno, sino con vistas a la próxima temporada.