Su fichaje taponó la hemorragia abierta tras la marcha de Ariel Ibagaza. El club le presentó como uno de los jugadores con más futuro de Sudamérica. Su tarjeta de presentación -en Primera desde los 15 años, indiscutible con Uruguay y uno de los máximos goleadores del año- le señalaban como el buque insignia del proyecto Cursach, el sustituto ideal deCaño. Apenas unas semanas después, el nombre de Martín Ricardo Ligüera (Montevideo, 1980) ya comenzaba a estar bajo sospecha. Ahora, con el mercado de invierno en el horizonte, tiene las puertas de salida abiertas de par en par. Después del partido del domingo ante el Real Madrid, Martín Ligüera iniciará las vacaciones navideñas...sin billete de vuelta.
La frustrada aventura de Ligüera en el Real Mallorca se resumirá en 187 minutos de juego repartidos en cinco partidos oficiales, uno de Liga, otro de Copa del Rey y tres de la Copa de la UEFA, y un gol. El uruguayo abrió su brevísima etapa el pasado 21 de septiembre. Días después de regresar de Uruguay, donde disputó dos partidos clasificatorios para el Mundial de Alemania'06, Martín Ligüera se estrenó oficialmente con la camiseta bermellona. Corría el minuto 80 del Mallorca-Sevilla cuando Jaime Pacheco sustituyó al holandés Arnold Bruggink para dar entrada al mediapunta uruguayo, inédito hasta entonces.
Precisamente el ostracismo de Ligüera fue uno de los puntos en contra de Pacheco, que apeló a unos problemas de pubis para no alinearle. El futbolista, efectivamente, confirmó dichas molestias una vez fue destituido el entrenador luso. Con Tomeu Llompart en el banquillo, Martín Ligüera vio la luz. Fue en Sabadell, en partido de la primera eliminatoria de la Copa del Rey. El uruguayo jugó como titular y marcó el primer gol al inicio del partido tras recibir un pase de Petete Correa. Todo parecía de color de rosa. Una semana después, ya con Luis Aragonés al mando del timón, el uruguayo debutó en competición europea, disputando los quince últimos minutos del encuentro ante el Apoel chipriota.