Martín Ligüera desconocía cuando llegó a la Isla que su proceso de adaptación iba a resultar tan complicado. Futbolista de enorme proyección en Uruguay y un fijo con la selección, la única alegría que se ha permitido desde su irrupción en el Mallorca fue media hora de lujo en Sabadell, coincidiendo con la primera entrega de la Copa. A pesar de firmar un partido muy aseado, su pubis le ha condenado nuevamente al anonimato: «Me ha costado adaptarme más de lo que preveía, pero no me arrepiento de haber venido», dijo ayer el centrocampista.
Ha sido comparado hasta la saciedad con Ibagaza, figura que va a ir asociada a su trayectoria en el balompié español. A pesar de que su cuota de participación en el equipo es escasa, Ligüera no se desanima: «Me siento muy a gusto; he hablado con el entrenador y estoy muy motivado, porque estoy trabajando para jugar, a pesar de que hasta ahora no haya tenido oportunidades. Sé que todavía me falta un poco, pero ya estoy más cerca de estar como el resto de compañeros», añadió el jugador.
El futbolista sudamericano reconoce que ha sido difícil su proceso de adaptación, pero advierte que «si juego será más fácil». El centrocampista reconoció que las molestias en el pubis se produjeron en un partido con su selección: «Pasó en Italia en un amistoso de Uruguay contra la selección argentina, pero no le dí mayor importancia. Luego aquí todo se agravó; no me impedía jugar, pero siempre notaba molestias».