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Mallorca B

El filial se reconcilia consigo mismo con una goleada (4-0)

Los de Llompart noquean a un Ciudad de Murcia inerte y se asoman a la salvación

4 MALLORCA B: Alberto (HH), Campos (HH), Julio (HH), Buades (HH), Amate (HH), Viale (HHH), Reynés (HHH), Juanlu (HH), Güiza (H), Riera (HHH) y Tuni (HH).
Cambios: Quique Romero (-) por Tuni, Chando (-) por Güiza y Toni González (-) por Reynés.
0 CIUDAD DE MURCIA: Isidro (H), Jorge Cordero (HH), Quique (H), J. Meroño (H), Edu Serrano (HH), Axier (HH), Idiákez (H), Puche (H), Leandro (H), Gabriel Vidal (H) y Zárate (-)
Cambios: Contreras (H) por Quique, Torres (H) por Puche y C. Torres (-) por Zárate.
Àrbitro:
Esquerdo Rodríguez (-). Muy protestado. Estuvo poco atento a acciones puntuales y pareció desorientado durante una buena parte del encuentro. Mostró cartulina amarilla al local Reynés y a los visitantes Contreras y Torres. Además, amonestó al delegado balear, Xisco Rotger, y expulsó de forma directa a J. Meroño (minuto 72).
Goles:
1-0, minuto 4, Amate.
2-0, minuto 37, Güiza.
3-0, minuto 77, Reynés.
4-0, minuto 80, Viale.
LO MEJOR: El juego del filial
LO PEOR: Ciudad de Murcia

Fernando Fernández
Cuatro goles, tres puntos y un buen número de razones para ser optimista. El Mallorca B ha recuperado el pulso a su condición de local y cuenta las tres últimas citas ante sus parroquianos "Coria, Algeciras y Ciudad de Murcia" por victorias. Es la única manera de asomarse a la vida, de mantener una esperanza que adquiere forma a medida que las jornadas fluyen y la imagen de los pupilos de Tomeu Llompart difiere en exceso de la del mediocre equipo que firmó una primera vuelta desoladora en Ciutat.

Fue un partido en el que presente y pasado del filial se citaron en el Lluís Sitjar. Serrano, Cordero y Vidal recordaron tres etapas de diferente calibre del segundo equipo mallorquinista, al que se volvían a medir.

Dos victorias consecutivas como local había encadenado el Mallorca B, rompiendo meses de angustia y frustración en casa. La visita del Ciudad de Murcia era un test de primera línea para una plantilla que se ha conjurado para amontonar en el trastero y dejar como parte del pasado el sufrimiento acumulado en una temporada para olvidar. Para ello, sellar una nueva victoria y confirmar que el empate en Motril no fue fruto de la casualidad era la consigna ante el grupo dirigido por el ex sevillista y peculiar central Diego Rodríguez.

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