El Real Mallorca será sancionado por una infracción grave y reiterada, ya que riega los campos de fútbol de Son Bibiloni con agua de un pozo de uso agrícola. La Conselleria de Medi Ambient detectó en enero del año 2001 la irregularidad y inició un proceso sancionador. Rodríguez Perea, director general de Recursos Hidráulicos de la Conselleria de Medi Ambient, explicó ayer que «se nos pasó» y el Real Mallorca no fue sancionado. Rodríguez Perea, en todo caso, aseguró que la infracción no prescribía hasta pasados dos años y que se inició entonces el procedimiento autonómico de sanción. El director general de Recursos Hidráulicos afirmó que la infracción está estipulada «como grave» y que la multa que recibirá el Mallorca variará entre «cinco y cincuenta millones de pesetas».
El Real Mallorca es consciente que incumple la normativa, pero hasta ahora nada no ha hecho para solucionar el problema. En este sentido, la Conselleria de Medi Ambient pidió al Real Mallorca el pasado cinco de febrero que parasen las extracciones de agua de forma inmediata y como medida cautelar. El Real Mallorca incumplió esta solicitud y siguió regando el césped de los campos de fútbol de Son Bibiloni con agua del pozo situado en esa finca. Así las cosas, una nueva inspección de la Conselleria confirmó el pasado siete de marzo el incumplimiento de la medida cautelar propuesta. Antonio Rodríguez explicó ayer que en estos momentos la Conselleria está estudiando la fórmula ideal para hacer cumplir la ley y las medidas jurídicas que ha de adoptar para que el Real Mallorca deje de regar en Son Bibiloni con agua de pozo de uso agrícola.
Regar los campos de fútbol con agua regenerada, que suministra EMAYA, es la solución propuesta en distintas ocasiones. El Real Mallorca y su presidente Mateo Alemany nunca habían aceptado regar sus terrenos de fútbol con agua regenerada. Ahora, ante la clara posibilidad que el pozo sea clausurado, el Real Mallorca ha claudicado y acabará regando con agua depurada. En todo caso, el problema no se solucionará de forma inmediata, ya que la construcción de las canalizaciones que han de llevar el agua regenerada a Son Bibiloni todavía no se ha iniciado. Uno de los problemas añadidos radica también en el financiamiento de las obras aunque un 80% de los gastos corren a cargo de la Comunidad Europea. También otra de las irregularidades en las que cae la entidad mallorquinista radica en el uso de más agua de la permitida.