Plante en Huelva; intervención de la Ciudad Autónoma en Melilla; alarma de desaparición en Córdoba; retrasos constantes en el pago de las nóminas en Tenerife; la plantilla del Ulla Oil acumula más de dos meses sin cobrar y en Alicante también se escuchan voces de preocupación. Superada con timidez la primera vuelta de la fase regular, casi la mitad de los clubes que integran el mapa LEB se han visto salpicados por un problema que ha adquirido una dimensión colectiva: la economía. De hecho, en su sexta temporada de vida, la segunda categoría del baloncesto nacional parece haber desatado de golpe una crisis sin parangón que proyecta un buen puñado de interrogantes.
Ahora mismo, nadie es capaz de garantizar que Huelva, Córdoba y Melilla puedan seguir la próxima temporada en LEB. En el caso de los dos clubes andaluces la situación ha adoptado tintes dramáticos. El Ciudad de Huelva "una sociedad anónima" se ha declarado en quiebra técnica y suma una deuda que sobrepasa los trescientos millones de pesetas. La plantilla y los empleados no cobran desde diciembre y la situación es límite. Durante las últimas horas se ha especulado con que el Ayuntamiento articularía soluciones, pero el equipo ha decidido dejar de entrenar. El consejo de Administración argumenta que el consistorio ha incumplido una serie de compromisos, la misma excusa que esgrime el Cajasur. No obstante, Andrés López, máximo mandatario de la entidad, ya ha advertido públicamente que cuando acabe la temporada cierra la tienda. Como en Huelva, la pelota está sobre el tejado del Ayuntamiento.
En Melilla la administración pública ha tomado cartas en el asunto, pero lo ha hecho con todas las consecuencias. Después de auditar las cuentas ha «intervenido» el club y ha nombrado a un adjunto a la presidencia. No se mueve un duro sin su consentimiento y desde febrero la Ciudad Autónoma es quien paga la nómina de los jugadores. El futuro también es incierto. Los retrasos en el pago de las fichas también han sido constantes en el Tenerife Canarias desde que se abrió el curso. El plantel había denunciado este hecho en varias ocasiones, aunque han sido unas recientes declaraciones de su mejor jugador "Larry Lewis" las que han provocado un pequeño terremoto. «No tengo ninguna confianza en este club».