El Drac Inca tiene buena pinta. Después de Alaior, algo ha quedado claro: este año se jugará al baloncesto. Y esto siempre es de agradecer. La Copa Illes Balears ha proyectado a un conjunto que tiene un plan y argumentos para intentar moverse entre los mejores de la Liga. Oliete ha hilado fino en el diseño del equipo y la llegada de Sergi Grimau se antoja como un movimiento clave para dar el salto de calidad definitivo. El alero catalán, que ayer realizó su primer entrenamiento con el plantel profesional del Inca, vuelve a la LEB después de haber demostrado que tiene recursos para moverse en la ACB "fue un jugador clave en la campaña del Lobos Cantabria" y su fichaje "al igual que la renovación de Stuckey" ha abierto nuevas perspectivas.
Aparentemente, el «nuevo» Drac Inca tiene equilibrio y referencias solventes en todas las posiciones, especialmente en la línea exterior. Si casi todos los equipos se construyen sobre un triángulo "el uno, el tres y el cinco", el que trazan Villar, Grimau y Stuckey es muy interesante. No obstante, en el grupo de Oliete aparecen dos jugadores llamados a asumir un primer papel. Hacen muchas cosas y aportan carácter ganador: Juan Miguel Navalón y Ramón Bordas. Ambos juegan en el dos, pero no son incompatibles. Navalón se perfila como uno de las contrataciones más rentables en la historia del club.
Es un jugador enorme y la hinchada no tardará en comprobarlo. Navalón viene de triunfar en la ACB y nadie se explica como el Alicante permitió su salida. Ramón Bordas es un caso similar. En Lleida asumía trabajos muy específicos, pero no ha tenido problemas para asimilar su nueva situación. En Inca debe ser importante y lo tiene claro. Es un defensor extraordinario "eso ya se sabía", pero también penetra, dobla y sabe jugarse los tiros.
Si la ampliación de contrato de Kelby Stuckey generó algunos recelos, especialmente por las dudas que generan los jugadores que han sufrido lesiones importantes, la pretemporada también ha aclarado que el estadounidense se ha recuperado perfectamente. Stuckey rubricó un partido estupendo ante el Menorca Bàsquet y el Inca volverá a apoyarse en él. Alberto Alzamora tampoco quiere asumir un papel menor y su versatilidad puede multipicar su protagonismo. Sus prestaciones se incrementan cerca del aro, pero está para hacer un poco de todo.