La victoria del Bayern de Múnich también se celebró en Mallorca. Los seguidores del conjunto germano que se encuentran de vacaciones en la Isla se concentraron en los bares de s'Arenal y las instalaciones del Mega Park albergaron a una multitud de aficionados que siguieron la final a través de una pantalla gigante.
Los alemanes tardaron muy poco en echarse las manos a la cabeza, el tiempo que necesitó Mendieta para ejecutar una pena máxima en a los dos minutos. Los germanos, que se habían mostrado muy seguros del triunfo bávaro antes del partido, empezaban a recordar la final de Barcelona. Además, Scholl marraba una pena máxima y los seguidores del Bayern se temían lo peor.
Sin embargo, tras el descanso Effenberg, también desde el punto de penalti, dio la primera alegría a la multitud de aficionados que se citaron en el Mega Park de s'Arenal. No faltaba la cerveza, ni las bufandas y camisetas del Bayern. Todo se congelaba hasta la prórroga y los germanos se tomaron un receso en sus cánticos antes de la llegada del tiempo suplementario.
No hubo cambios en la prórroga y la afición esperó impasible hasta la llegada de los penaltis. A medida que Kahn paraba penas máximas la alegría se esparcía por el Arenal, contrastando con la decepción cuando Cañizares abortaba con su manopla los disparos germanos. Pero el último penalti, el de Pellegrino, desató la euforia. El Mega Park se vistió de rojo y el triunfo fue festejado toda la noche.