La selección española llegó a la localidad italiana de Rímini, en la costa italiana del mar Adriático, y se instaló para preparar el partido del miércoles ante San Marino, en el que intentará alcanzar el liderato de su grupo de la fase clasificatoria de la próxima Eurocopa.
Rímini se encuentra a poco más de veinte kilómetros de la República de San Marino, donde España visitará al rival más accesoble del grupo, en el cuarto encuentro de los ocho que debe disputar en la actual fase clasificatoria. La selección partió desde Valencia, donde ha permanecido concentrada desde el pasado lunes, en un vuelo directo a Rímini, una ciudad turística italiana, situada doscientos kilómetros al sur de Venecia y a 350 de Roma, justo enfrente, con el Adriático de por medio, de las costas de Croacia.
El combinado que entrena José Antonio Camacho llegó a Rímini sin más novedad que un ligero retraso sobre el horario previsto y la ausencia de Fernando Hierro, que el domingo ya regresó a Madrid al encontrarse sancionado.
El objetivo, en teoría, se reduce a sumar los tres puntos ante un equipo que no tiene historial en el mundo del fútbol, pero, aunque nadie lo expresa con claridad, se respira en el ambiente la posibilidad de obtener una nueva goleada.