Argentina, y especialmente su capital, Buenos Aires, vivió un ambiente de fiesta en las horas previas a la disputa de la final del Mundial de Qatar 2022 entre la 'Scaloneta' y la selección de Francia. En las primeras horas de la mañana miles de personas caminaron por el microcentro de Buenos Aires hacia el Obelisco, donde los fanáticos -incluidas familias enteras- se reunieron a cantar desde temprano acompañados por una bandera gigante, pero fue tras el tanto de Montiel que le daba el título a la 'Albiceleste' la que desató el éxtasis. La locura total que llenó de pasión las calles de la capital.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires montó un dispositivo en el centro que incluye medidas de seguridad y que llevó a que el transporte fuera desviado de su habitual recorrido o cortado en algunos tramos. Lejos de estos lugares, muchas personas optaron por reunirse en domicilios con asado de por medio para alentar a su equipo, pero millones de personas se reunieron en el emblemático monumento para dejar estampas espectaculares. No importa hacia dónde mirar, en todos lados hay gente con una camiseta con el número 10 de Lionel Messi. También con gorros o con las caras pintadas. Para acompañar la fiesta, muchos vendedores aprovechan para comercializar sus productos en las calles.
A puro llanto, tras una final de infarto y en medio de una mezcla de emociones muy difíciles de describir, los amigos de toda la vida de Leo Messi y los vecinos del barrio de Rosario que lo vio crecer, celebraron este domingo que su ídolo ha conseguido, por fin, el sueño de ganar la Copa del Mundo. Fue terminar el partido y la locura apareció en forma de cláxones, banderas, tambores y caos colectivo, sin que nadie pensara ya en cábala alguna: «Leo, volvé a Newell's (el equipo rosarino en cuya cantera estuvo Messi) ahora. Volvé, volvé, volvé, seis meses... volvé», grita otro hincha ilusionado por que el astro rosarino termine su carrera como futbolista en la ciudad donde nació.