Jorge Martín (San Sebastián de los Reyes, Madrid 1998) fue el gran protagonista de la jornada que tuvo lugar en la tarde de ayer en el Parc de la Mar. El flamante campeón de MotoGP (Prima Pramac Racing) fue el piloto más solicitado y el madrileño no paró de hacerse fotos y firmar autógrafos a todo aquel aficionado que se lo pidiese.
—¿Cuál ha sido el peor momento de esta temporada tan complicada como difícil. El mejor nos lo podemos imaginar
—Claro, el mejor fue dar la última curva en Montmeló y entrar como campeón del mundo después de haber luchado tanto y durante tantos años. Nadie me ha regalado nada hasta llegar aquí. Y el peor, la caída en Alemania a falta de vuelta y media que me hizo perder el liderato del Mundial antes de las vacaciones.
—La semana pasada ya tuvo su homenaje en su localidad natal.
—Sí, fue increíble. Ya había tenido uno en 2018 cuando fui campeón del mundo de Moto3 pero éste ha sido aún más especial. Vino mucha gente e incluso amigos de Andorra. La verdad que me están gustando mucho los homenajes y a ver si en un futuro se pueden repetir. Haré todo lo posble poque así sea(se ríe).
—El año no empezó fácil…
—Desde luego. Es un año donde se ha visto al Jorge Martín más triste y al más feliz. Empecé el año no d ella mejor forma. Tuve muchas dudas a principios del año, pero por suerte pude dar la vuelta a la situación y acabar siendo la persona más feliz del mundo. Ahora toca disfrutar estar aquí disfrutando con otros amigos campeones, gente nueva…
—¿El campeonato le da tranquilidad de cara al año que viene o le va a presionar?
—Me he quitado un peso de encima enorme. Tengo 26 años y quiero conseguir muchas cosas hasta el día que me retire y estar orgulloso de mi legado. Ahora ya no tengo que correr pensando tengo que ser sí o sí campeón del mundo de Moto GP y ahora tengo la libertad y la tranquilidad para en cada carrera dar mi mejor versión.
—Se quedó sin ser piloto oficial de Ducati para luego acabar ganando el Mundial. ¿Cómo lo llevó?
—Fue otro peso que me quité de encima. Estaba ya cansado de demostrar, demostrar y demostrar y total no servía para nada. Fue un punto de inflexión en mi vida. Tenía que creer en mí mismo sin depender de nadie y el Mundial no me ha cambiado nada. Tengo los mismos amigos aunque igual ahora un poco más de prestigio.
—Chicho Lorenzo fue uno de sus primeros entrenadores. ¿Cómo recuerda esa época?
—Y estaba por aquel entonces en Moto3 y no me acaban de salir las cosas. Recurrí a él y fue capaz de sacarme esas dos décimas que en nuestro mundo son fundamentales, así que le estoy muy agradecido porque fue un punto clave en mi carrera. Además, en Llucmajor fue donde hice mis primeros pinitos en el mundo de la competición y volver a Mallorca es como hacerlo a mis inicios.
—¿Qué le parece el paso de Izan Guevara a MotoGP en un equipo parecido al suyo de este año?
—Izan es un pilotazo, campeón del mundo y le va a venir bien estar en un equipo con Gino (Borsoi) y Fonsi (Nieto) le va a venir muy bien.
—¿Le sorprende que haya tantos pilotos mallorquines de primera línea?
—Es una pasada. Hay infraestructuras donde poder entrenar, el clima también ayuda mucho...En Madrid lo tenía más complicado y me tenía que ir fuera. El talento aquí es grande y una vez que destaca uno se forma un hilo conductor y entre pilotos se retroalimentan.
—¿Ya ha empezado a entrenar algo con la nueva Aprilia?
—Bueno, casi no he parado y ayer (por el viernes) estuve por primera vez en casa desde Montmeló. Pero ya tengo esa motivación ante un reto gigante que no va a ser nada fácil, pero me voy a preparar para todo, lo bueno y lo malo.
—De elegir otra disciplina del motor fuera de la velocidad, ¿cuál escogería?
—Me gusta el motocross pero soy muy malo y seguro que no haría nada. (Se lo piensa). Elegería en sidecar y con mi padre de copiloto (risas).