Lorenzo Fluxá vive sus horas más tensas en la que es su segunda participación en el Dakar 2024. El piloto mallorquín, acompañado por el catalán Xavi Ribas en esta nueva aventura, encara horas decisivas para seguir en carrera, después de completar con apuros el primer tramo de la etapa maratón, que acaba este martes con el recorrido entre Al Alamiya y Al Hofuf, con 390 kilómetros de enlace y otros 206 de especial.
Al no poder disponer de asistencia mecánica, Fluxá se aferra a profesionales locales para poder solventar los problemas de tracción surgidos por la rotura del tren trasero, que casi les hace perder una rueda durante la jornada del lunes. Tras solventar esa incidencia y con apenas dos horas de descanso, Fluxá y Ribas reiniciaron la marcha, buscando ayuda técnica para poder volver a la carrera, logrando cerrar la jornada, aunque cayendo al puesto 44 de la general provisional.
Toda una contrarreloj en un inicio accidentado para el mallorquín, que en las tres últimas jornadas se ha visto lastrado por problemas mecánicos que le han hecho ceder muchas posiciones en la general tras un inicio alentador. Al final de la tercera etapa, ocupaban Fluxá y Ribas (LJS Racing Team) en puesto 18 en la modalidad Classic, aunque el percance de este martes les va a penalizar todavía más y les deja fuera de toda opción de victoria, siendo la meta desde ahora pelear por acabar entre los veinte mejores de la general de Classic.
A la espera de poder arreglar la avería en el tren trasero, que condiciona su participación y el poder salir de nuevo este miércoles a la carrera a estas horas, Fluxá y Ribas cumplieron con el objetivo de acabar la cuarta etapa del Dakar 2024, clave para el futuro del balear en la mediática prueba de motor, que se disputa hasta el próximo día 19 en Arabia Saudí y en la que se ha descolgado en la general por las penalizaciones acumuladas, aunque el trabajo de su equipo le permite albergar serias esperanzas de llegar a meta y hacer historia.