El piloto español de Fórmula 1 Carlos Sainz (Ferrari) subió al podio este domingo del Gran Premio de Brasil, penúltima cita del Mundial, una carrera muy atractiva, con un poco de todo, que dejó el primer triunfo del británico George Russell y el doblete de Mercedes, mientras que Fernando Alonso (Alpine) fue quinto.
Interlagos no defraudó un año más. Todo puede pasar en Sao Paulo y todo cambió desde la salida con un coche de seguridad. La estrategia entró en acción, las órdenes de equipo, las cuentas por el subcampeonato, la petición de «respeto» entre compañeros, hasta otra carrera nueva y reagrupada de 11 vueltas, por otro 'safety'.
Sainz, tercero, logró su decimosexto podio en la F1, sudado como pocos e incierto hasta el final, ya que Ferrari le negó la petición a Charles Leclerc, cuarto, de pasar al español y sumar más puntos por el segundo escalón del Mundial. La 'Scuderia' no quiso riesgos, con Alonso pisando los talones y también Max Verstappen.
Lo del campeón del mundo fue peor, ya que Red Bull dejó que pasara a Pérez a cambio de devolver la posición si no sacaba rendimiento a sus neumáticos. El mexicano, clave en el título de su compañero el año pasado, terminó séptimo por detrás de un Verstappen que no obedeció, y 'Checo' perdió la segunda posición del Mundial.
La comunicación por radio en Brasil dejó varios momentos para la historia. La lectura de cartilla a Esteban Ocon por parte de Alpine fue también memorable, pidiendo al francés que se olvidara de Alonso. El asturiano, con ventaja en sus gomas, reanudó la carrera noveno y pasó a Sebastian Vettel, al propio Ocon, con quien las tuvo en el sprint del sábado, a Valtteri Bottas y a Leclerc.
Un recital de Alonso, que salió 17º, para regalar buenos puntos a Alpine en su lucha con McLaren por el cuarto puesto del Mundial de Constructores. La otra lectura es la que pone a Mercedes en el camino correcto, después de estar en la pelea las dos carreras anteriores y lograr al final su primer triunfo con doblete además.
Russell lo tuvo de cara desde la sucesión de accidentes que dejó el primer reinicio de carrera, tras el coche de seguridad del golpe entre Daniel Ricciardo y Kevin Magnussen, ambos fuera. El británico se quedó solo arriba cuando volvió la acción con el toque entre Verstappen y Lewis Hamilton, con el de Mercedes cerrando al neerlandés aunque sanción para el segundo.
Del mismo modo, Lando Norris se tocó con Leclerc, complicando la carrera del monegasco. Para Sainz también pintaba bien la cosa, pero un pequeño incendio en sus frenos le obligó a parar antes de tiempo. La carrera aún guardaba sorpresas, con lo que la estrategia buena era una incógnita, sabiendo que su rival era Sergio Pérez.
Hamiltón voló y fue quien obligó al resto a parar y rezar para que aguantaran los neumáticos, pero a 20 vueltas del final Norris provocó la otra bandera amarilla. Al final, un 'safety' que tardó en aparecer y en salir, y que agrupó a todos para un final de infarto, mensajes de radio y un Interlagos propenso a los sustos. Hamilton, con 103 victorias, no se interpuso en la primera de Russell y Sainz dio cuenta de un Pérez que no había hecho cambio de ruedas.
A Ocon le dejaron claras las cosas también por si acaso y Alonso demostró su calidad y su labor de equipo. Una piña que puede que se haya roto para siempre en Red Bull, con el vacío de Verstappen a un Pérez que cae al tercer puesto del Mundial, con los mismos 290 puntos que un Leclerc que pidió más a Ferrari. Abu Dhabi decidirá la semana que viene y dará paz y descanso sea como sea.