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Sonia Ledesma, una pionera en el desierto

Establecerá un hito en el deporte balear al convertirse en la primera mallorquina en disputar el Dakar

La copiloto mallorquina Sonia Ledesma. | Jaume Morey

| Palma |

La próxima edición del Dakar supondrá un hito para la historia del deporte balear, ya que por primera vez habrá una mallorquina en la línea de salida. Sonia Ledesma (Palma, 13-9-1990) será una pionera del motor balear en el raid más duro del mundo, donde coincidirá con otro paisano como Lorenzo Fluxà para engordar la selecta nómina de deportistas isleños que han tomado parte como Felipe Beltrán, Emilio Rodríguez, Toni Manresa, Xicu Ferrer o Toni Vingut.

«Es un sueño hecho realidad», confiesa Sonia Ledesma, que este jueves mismo se reunirá en Valencia con el piloto Dani Albero para empezar a preparar el Toyota Landcruiser 90 D4D con el que afrontarán el Dakar 2023, que arrancará el 31 de diciembre en Sea Camp y concluirá el 15 de enero en Damman. Serán un total de 14 etapas desde las playas del Mar Rojo hasta la orilla del golfo Pérsico pasando por las regiones montañosas del noroeste y las dunas del sudeste de país en las que la mallorquina ejercerá de copiloto y para las que centrará sus esfuerzos previos tanto en la preparación física como en el estudio de la navegación.

Ilusión

La ilusión de Sonia Ledesma, que competirá en una de las categorías reservadas a los clásicos, se refleja en su rostro cuando habla de la gran oportunidad que se le presenta. Además, su orgullo se multiplica cuando valora el hecho de ser la primera mallorquina en disputar el Dakar. «Me hace mucha ilusión poder demostrar que las mujeres lo podemos hacer y que no hay deportes de hombres y mujeres», explica. «Es cierto que es un mundo muy masculino y que desde pequeños nos inculcan que no es un deporte para las chicas, pero siempre me he sentido tratada como una igual, nunca me han hecho un feo y siempre ha sido recibida de forma fantástica», añade.

«De lo que tengo más ganas es de poder competir en esos paisajes, vivir el ambiente de la carrera y enfrentarme a todos los desafíos diarios que surgen en una carrera de estas características en las que tienes que sacar fuerzas de flaqueza», relata la copiloto mallorquina. Su principal temor es «hacernos daño», pero resalta que los todoterreno disfrutan de una gran seguridad y que nunca ha tenido miedo a los accidentes. Desde su rol tiene claro que un buen copiloto «debe tener una gran capacidad para pensar en muchas cosas a la vez», ya que, sobre todo en la modalidad de regularidad, tiene que controlar la ruta, la pista, el control de los metros a la velocidad que corresponde y un largo etcétera que también incluye la parcela mecánica y la logística.

«El objetivo es terminar, pero sería una gran satisfacción personal mejorar los resultados que logró mi compañero en sus anteriores participaciones», adelanta Sonia Ledesma al mismo tiempo que detalla que el proyecto junto a Dani Albero tiene un notable componente social. No en vano el valenciano, que afrontará su quinto Dakar tras correr tres en moto y debutar el pasado curso en la versión de clásicos, fue el primer diabético tipo 1 en concluir el raid más duro del mundo y prolongará su labor de difusión de la diabetes. Toda la información referente al proyecto está en la web www.undiabeticoeneldakar.org y los interesados en colaborar también puede hacerlo dirigiéndose al correo sonia.codriver@gmail.com.

La carrera empieza el 31 de diciembre, pero para el tándem formado por Albero y Ledesma ya ha empezado con los preparativos y la búsqueda de patrocinadores que contribuyan a la labor social del equipo y a facilitar su día a día en el desierto en un sueño que ya tiene visos de realidad.

El apunte

Una logopeda apasionada del motor

Sonia Ledesma trabaja como logopeda y una experiencia en Imola supuso un espaldarazo en su vinculación con el mundo del motor. «Fue un momento en el me planteé de verdad si quería hacer cosas para ser feliz o vivir para trabajar», explica. Obtuvo las licencias pertinentes de copiloto y en 2017 comenzó a disputar sus primeras pruebas. No había tradición familiar, pero con su pareja sí comparte su pasión por el mundo del motor y en apenas dos años adornó su curriculum con el título nacional de todoterrenos en 2019.

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