Lo irremediable acabó por confirmarse y 2020 no será año olímpico. La maldición de Tokio vivió otro capítulo décadas después y el sueño de la capital nipona por volver a ser el epicentro universal del deporte tendrá que esperar, al menos, un año más. La pandemia del coronavirus recogió el testigo de las dos Guerras Mundiales para alterar un escenario que el COI quiso mantener imperturbable hasta que la situación se tornó imposible de sostener.
Ahora queda recomponer el puzle. Reubicar en el calendario del, hasta hace unas semanas, plácido 2021 una cita que, irremediablemente, se solapará con otras de enorme calado ya previstas para un año, el que se avecina, que promete ser uno de los más intensos de los tiempos recientes.
Cuadrar fechas, mover o no Mundiales, Europeos, circuitos internacionales, pruebas consolidadas en la agenda anual... Y tener en cuenta la preparación de los grandes protagonistas: los deportistas. Además de actualizar y optimizar los criterios de clasificación para quienes no hayan podido sacar billete todavía, y definir qué línea seguir con quienes ya había logrado el pasaporte olímpico. Sin descuidar las becas, aunque tanto CSD como COE ya han reiterado que el Plan ADO se mantendrá para llegar a Tokio con garantías en este capítulo.
Vienen semanas complicadas. Reuniones y cumbres a distancia por el momento, que se trasladarán a los despachos, donde tocará poner el contador a cero pensando en la nueva ubicación en el calendario de unos Juegos por los que peleó Madrid en aquel ya lejano año 2013. ¿Se imaginan que hubiera ganado?