El Molinar, un barrio con tradición e historia en el mundo de la canasta, fue el lugar que vio dar sus primeros botes y anotar sus primeras canastas a Juana Camilión Cúccaro (Mar del Plata, Argentina, 1999). Aunque nació al otro lado del Atlántico, desde Argentina sus padres cruzaron el charco para instalarse en ese rincón de Palma. Pegado al pabellón Pep Amengual está el colegio público y allí, con 8 o 9 años, ya empezó a mostrar sus condiciones atléticas, lo que llamó la atención de Pepita Picornell cocinera en el comedor de la escuela y entrenadora del Club Bàsquet Molinar, que veía algo en aquella niña que destacaba por sus condiciones físicas a la hora del recreo.
Fueron a probar y una tímida Juana no se animó hasta que vio a su hermana intentar penetraciones. Tras ella fue la hoy jugadora profesional y ahí empezó todo. Desde premini hasta infantil de segundo año estuvo en el Molinar, donde comenzó esta historia de gloria olímpica que ha acabado en París. Al pasar a cadete, Juana se fue al Imprenta Bahía San Agustín, donde estuvo cerca de cuatro años, dos de cadete y otros tantos de júnior.
Algo que dejaba clara su clase era el hecho de que Juana siempre jugaba con equipos de superior categoría a la de su edad. Empezó en premini, pero jugaba con el mini, por ejemplo, y así igual en los siguientes escalafones. «Era una jugadora competitiva, destacaba siempre y tenía carácter en la pista. Era perfeccionista desde niña», recuerda Rafa Gelabert, persona que vivió de cerca y desde el banquillo el paso de Camilión por el Club Bàsquet Molinar.
Allí tuvo la oportunidad de debutar en Liga Femenina 2 con el Instituto de Fertilidad Air Europa de Eloy Doce y Carlos López, llegando a ser titular pese a estar en edad júnior. El siguiente paso fue el salto a la Península, al Picken Claret, antesala de su llegada a Estados Unidos, donde compatibilizó sus estudios con el baloncesto en la Universidad de Iona (Rochelle, Nueva York). Cursó un Máster en Relaciones Públicas y fue forjándose un nombre y una trayectoria en la NCAA que le llevaron a estar en la órbita de las Washington Mystics, aunque finalmente no fue elegida en el Draft de 2023.
Internacional en categorías inferiores con España, con las Iona Gaels fue MVP de la Conferencia MAAC, formó parte del mejor quinteto y ganó en torneo MAAC en la temporada 2022/23. Finiquitada su experiencia americana (2018-23), volvió a España para firmar por el Movistar Estudiantes de la Liga Endesa Femenina, con el que ha renovado para el próximo curso tras debutar en competición continental (Eurocup)
Entre medias, lo compatibilizó con la selección española de 3x3, en cuyos planes entró de cara a la clasiificación olímpica, lograda con aquella recordada canasta de espaldas de Gracia Alonso en Sopron (Hungría). Un presagio de la magia que rodea a este equipo, que se ha ganado el corazón de todos en los Juegos Olímpicos de París, de donde se rá con medalla.