Jordi Horrach, (Palma, 1978) es el nuevo presidente de la FFIB desde finales del pasado mes de agosto. Su agenda está repleta de proyectos y su entusiasmo por mejorar el fútbol balear es absoluto. Liderar la Federació es una misión apasionante, pero a la vez exige de un enorme esfuerzo personal. Hoy será el gran anfitrión de la Gala del futbol que en Son Amar (20:00 horas) reunirá a un millar de personas.
¿Qué representa para usted esta Gala 2024?
— Cumplimos treinta años desde que se llevó a cabo la primera y la Gala reconoce los éxitos de la temporada anterior, pero nunca hay que olvidar que el gran espíritu es reconocer el gran trabajo que hace la gente del fútbol diariamente, un trabajo muy social y vertebrador de familias. El fútbol balear está logrando educar a muchos jóvenes y esta Gala pone en valor ese trabajo social que lleva a cabo la gente del fútbol con su dedicación y horas de trabajo.
Mantienen como gran reconocimiento las Botas de Oro, que este año recaen en el árbitro Busquets Ferrer y el Mallorca Palma Futsal.
— Creemos que la Bota de Oro es el gran reconocimiento que la Federació de Futbol puede otorgar a una persona o a una institución, a un club, y este año las botas que se entregan tienen un significado muy claro y emotivo para el fútbol y fútbol sala en las Illes Balears. Será un gran momento.
En el caso de Mateu Busquets se reconoce a un árbitro nuestro que no parece tener techo.
— Hace apenas tres años pitaba en Regional y ha logrado llegar a lo más alto. A nivel personal es un joven espectacular, abierto y humilde. Y una parte de su éxito es su espíritu de superación para poder llegar donde ha llegado. Este y otros ascensos en categorías inferiores refleja claramente un éxito rotundo del Comité de Árbitros.
¿Qué supone organizar un acontecimiento como el de esta noche tan especial para la gran familia del fútbol balear?
— Una gran responsabilidad. Cuando llegamos hace dos años con Pep Sansó siempre pensamos que la Federació debía tener una gestión como si de una empresa se tratara, una empresa con un presupuesto de 7,5 millones de euros y que por lo tanto había que dirigir como tal. Necesitábamos mejorar a nivel interno y a esta Gala le destinamos todos los recursos humanos porque todos los empleados trabajan en ella y lleva muchas semanas de preparación. Hay más de 600 personas confirmadas y aumentaremos el número hasta cerca del millar. Todos en el fútbol nos debemos sentir representados sabiendo de la dificultad que ello representa porque cada fin de semana movilizamos a 200.000 personas. El nivel de implicación social de una federación como la nuestra es muy alto y es una gran responsabilidad dirigirla y hacer saber lo que hacemos y para ello hemos potenciado mucho el trabajo de comunicación a través de las redes sociales.
Uno de sus grandes retos siempre ha sido modernizar los mecanismos de gestión y comunicación.
— A raíz de esto el lunes ponemos en marcha el portal del federado, algo que cambiará el fútbol y lo agilizará. Los clubes dejarán de hacer las fichas y las harán los padres. Hay que ir hacia ese modelo. En febrero llevaremos a cabo una Asamblea General, el día ocho, donde todas las iniciativas importantes de la Federació las tendrán que aprobar los clubes. La empresa no es mía, a mí me han elegido por un periodo de cuatro años y tengo la obligación de llevar a cabo una gestión eficiente de los recursos que tenemos. Hace dos semanas en una Asamblea se eligió a la comisión delegada, por primera vez en la historia se votó en la Comisión Delegada y eso desde el punto de vista democrático es clave.
¿Cómo ha encontrado el fútbol balear?
— En un gran estado de forma, aunque nos queda mucho camino por recorrer. Hay que mejorar los procesos internos de los clubes. El 99,99 de los clubes no son profesionales, solo hay tres que lo son y por lo tanto es gente que dedica tiempo de su vida para intentar dirigir su club y esto no se pone en valor y por este motivo la Federació debe hacer todos los protocolos necesarios para que los clubes no tengan que hacer licencias, tramitar subvenciones, para que tengan abogado que les ayude a solucionar problemas, un médico para que puedan llamarle todo el fin de semana, todo esto son medidas, algunas, que se han puesto en marcha y que solucionan mucho la vida a los clubes. Ya tenemos nombrados los tres delegados comarcales y en general es un cambio de modelo. Hay que agradecer a todos los directivos y presidentes que han estado aquí durante muchos años, a todos, también a los presidentes de clubes porque sin ellos no estaríamos aquí. Cada época tiene su momento y ahora nos toca digitalizar este mundo, ayudar en los procesos y ser una Federació más próxima.
¿Qué otro proyecto a corto plazo tiene en mente?
— El 8 de febrero vamos a llevar una propuesta a la Asamblea que consiste en el reparto de 600.000 euros a los clubes como ayudas directas de la Federació, algo que no había pasado nunca.
¿De dónde va a sacar esta partida de dinero?
— Hay dos vías de ingresos que son el reparto del 1 por ciento de los Derechos Audiovisuales que se hará mucho más equitativo a los clubes, hasta hoy solo lo recibían 23 clubes de forma directa y ahora lo recibirán 70 y también sacaremos dinero del portal del Federado. Nosotros como Federación tenemos la potestad de poder cobrar a cualquier federado la cantidad de dinero que quisiéramos para jugar al fútbol. Decidimos que eso no era justo y que no podíamos cobrar 27 euros como en Catalunya, por ejemplo. Establecimos una cuota mínima de 10 euros y de esta cantidad el 60 o 70 por ciento tiene que redirigirse a los clubes y el resto para cubrir gastos de gestión y del propio portal federado.
¿Cómo se orquestará el reparto?
— Todos los clubes de baleares el año que viene recibirán una subvención garantizada de 1.500 euros, incluso aquellos que recibían cero. Destinaremos subvenciones para cinco programas diferentes como por ejemplo el fomento de la cantera, el fútbol femenino, la licencia de debutantes y ayudaremos a los clubes que no tienen un campo propio y que tienen que pagar luz y agua. También habrá una ayuda para ellos. Hemos sido capaces de generar ingresos por publicidad, los hemos aumentado enormemente y eso hace que no tengamos que subir cuotas en cuatro años y que podamos repartir a los clubes el dinero que ingresamos en otros conceptos.
Uno de sus grandes caballos de batalla además del económico es el de neutralizar la violencia. ¿Qué planes tiene al respecto?
— Hemos hecho cuatro campañas en dos meses. Este sábado promovemos otra y es entregar pulseras con una serie de lemas que los niños tienen que entregar a los padres. Pero la iniciativa más importante que vamos a promover, al margen de las sanciones económicas o de castigos impidiendo jugar, vamos a llevar a cabo una reeducación del futbolista. Si uno tiene una sanción de seis meses, si quiere rebajarla, tendrá una serie de medios alternativos siempre y cuando el juez entienda que se puedan aplicar, donde tendrá que llevar a cabo una serie de cursos con un psicólogo, además de acompañar a un árbitro durante varios partidos, los que el juez determine, es decir, un cambio de sistema. Ahora tenemos un código disciplinario sancionador y queremos reeducar con un psicólogo que ficha la federación para hacer estos cursos. Queremos que los sancionados sean conscientes del trabajo que lleva a cabo un árbitro y por lo tanto tendrán que acompañarlo. Se podrá aplicar como medida complementaria o como obligación para los jugadores con sanciones graves o muy graves. Es muy difícil parar la violencia, pero lo que es fácil es no hacer nada y nosotros vamos a hacer cosas al respecto.
¿Ha cambiado mucho su vida desde que es presidente?
— Muchísimo. Antes de ser presidente me dedicaba a mi empresa, a mi trabajo y disponía del tiempo libre para dedicarlo a mi familia y hoy esto es complicado. Recibo entre 90 y 120 llamadas de teléfono diarias y cuando llego a casa igual me paso tres horas hablando por teléfono. Ser presidente me ha cambiado la vida, lo reconozco. Aquí en la Federació tenemos un nivel de exigencia muy alto y esto nos lleva a trabajar muchas horas.
¿Se marca al menos el reto de comer la mayoría de los días en casa?
— Es lo que intento porque sé que de dos a tres de la tarde mis hijos están en casa. Mi familia es sagrada, cuando me fichó Pep Sansó solo le puse una condición, si algún día mi hijo está enfermo yo me marcho con él esté en la reunión que esté. Es sagrado ir a ver el partido de mi hijo los sábados y el de mi hija los domingos, que juega a waterpolo. Si no lo hago así, no estaría nunca con ellos. Algún día no puedo, es cierto, pero en un ochenta por ciento intento mantener el núcleo familiar unido porque estar en la Federació pasará dentro de cuatro años u ocho, pero tengo que mantener el núcleo de la familia y conciliar una cosa y la otra.
Un último mensaje como presidente.
— Quiero dejar claro que el fútbol no es violento. El fútbol no genera violencia, es el mejor deporte del mundo. Tenemos un 0,02 por ciento de casos de violencia en el fútbol porque tenemos casi 900 partidos cada semana y esto es el relato que yo quiero trasladar a los medios y a la clase política. Los clubes llevan a cabo mucho trabajo para erradicar la violencia y vamos a conseguirlo, vamos a conseguir que haya menos y el fútbol es una herramienta social. Los clubes que son campeones más o menos son los mismos cada año, el resto juegan para practicar deporte sin objetivos de ser campeones, por lo tanto hay que empezar a decir que el fútbol no es violento y a ensalzar la labor que hacen los clubes de fútbol intentando que los niños entrenen, ayudando a padres y madres con problemas personales, educando cada tarde y eso no se ha valorado en el fútbol y solo se ha valorado el gol y las victorias. Por esto defenderé siempre a los clubes y a los árbitros.