Una de las hazañas más emblemáticas de las que se vanagloria el Santos se remonta a 1969, cuando el «Escuadrón Inmortal», entonces encabezado por el «rey» Pelé, paró la guerra civil en Nigeria y proporcionó breves momentos de paz para la población de la estratégica ciudad de Benin.
En aquel histórico 4 de febrero de 1969, el Santos, cuenta su página de memorias históricas, logró la hazaña de paralizar la guerra civil de Nigeria, también conocida como guerra de Biafra, un conflicto étnico, político y económico que se saldó con más de un millón de muertos.
El Santos cuenta que tenía previsto disputar un partido con el equipo de la selección de la región de Medio Oeste en un amistoso disputado por invitación del Gobierno local, pero solo se concretó después de que el conjunto brasileño recibió «garantías» de que su permanencia en territorio nigeriano contaría con «total seguridad» proporcionada por las autoridades locales.
Así, el teniente coronel Samuel Ogbemudia, entonces gobernador de la región, decretó un día festivo el mismo día en el que el Santos desembarcó en Ciudad Benín, la capital regional.
El Santos, citando a los relatos de los exjugadores, como el exportero Gilmar, destaca que, una vez finalizado el partido y en cuanto el club brasileño embarcó rumbo al Congo, «las hostilidades se reanudaron en la zona».
¿MISIÓN DE PAZ O PROPAGANDA DE GUERRA?
Pese a que es considerado un acontecimiento histórico ampliamente difundido, el investigador José Paulo Florenzano, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Sao Paulo (USP) y antropólogo del deporte, ha cuestionado a lo largo de su carrera la versión oficial.
Más que parar la guerra, el Santos, sostiene, «fue usado como propaganda de guerra".
Para llegar a esa conclusión, tras más de una década de investigaciones, el antropólogo comparó la cronología del viaje del Santos por África con la cronología de la guerra en Nigeria, además de consultar diversas fuentes, entre mapas, corresponsales de guerra del New York Times y otros periódicos, además del único periodista brasileño que acompañó la delegación santista en su viaje.
«Queda claro que la ciudad estaba completamente bajo el control del Gobierno Federal de Nigeria, por tanto no había la necesidad de cesar el fuego», explicó en una entrevista.
En aquel momento, cuenta, «la guerra estaba muy distante de Benín» y las fuerzas revolucionarias estaban cercadas por las tropas federales, por lo que el Gobierno tenía el total control de la región.
Así, a juicio de Florenzano, el mayor club futbolístico del mundo en aquel entonces fue utilizado «como una pieza de propaganda en la guerra», pues su presencia en Benín demostraba que el Gobierno controlaba una región clave del conflicto.
«El Santos no hizo una misión de paz, sino fue usado como propaganda de guerra», recalca.
Si bien reconoce la importancia y poderío de Pelé y del club albinegro en aquellos años, Florenzano afirma ser «muy difícil» que un equipo de fútbol paralizara uno de los mayores y más sangrientos conflictos de la historia, que conmocionó al mundo del siglo XX y sobre el cual pesan acusaciones de genocidio.
RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA
Según las investigaciones del antropólogo, no fue hasta al menos dos años después del viaje del Santos por el continente africano que los relatos de una supuesta interrupción de la Guerra Civil de Nigeria pasaron a ganar fuerza.
El primer registro de la hazaña en la prensa brasileña, apuntó Florenzano, fue publicado en octubre de 1970, en un artículo del prestigioso Jornal do Brasil, citando un reportaje publicado por un diario estadounidense pero que califica la información como «folclore y exageración».
Pese a ello, la narrativa pasó a ser recontada por periodistas, exjugadores -entre ellos el propio Pelé- o dirigentes del club, aunque con diversas imprecisiones y contradicciones.
«La historia fue propagada, difundida y aceptada como una verdad histórica y nadie nunca se preocupó en verificar los hechos. Porque verificando uno se da cuenta de todas las contradicciones y debilidades de la narrativa», aseguró Florenzano, quien posteriormente también entrevistó a los propios jugadores del Santos.
«Fue una reconstrucción histórica que pasó a ser historia oficial y nadie quería contradecir o cuestionar la historia oficial», completó.