Las quince jugadoras de la selección femenina que se dirigieron a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para indicar que no volverían a una convocatoria hasta que no se revirtiera la situación actual, entre las que están las mallorquinas Patri Guijarro y Mariona Caldentey más Alexia Putellas, que está lesionada, han publicado un comunicado en respuesta al ente federativo después de que este ratificase su confianza en el seleccionador Jorge Vilda.
«Las jugadoras lamentamos, en primer lugar, que la RFEF haya hecho pública, de forma parcial e interesada, una comunicación privada, con información que afecta a nuestra salud - que es parte de nuestra intimidad-, remitida en respuesta a la petición de la propia Federación de conocer quiénes de nosotras queríamos no ser convocadas. Comunicación de la que, por cierto, no hemos recibido respuesta en forma», destacan.
«En segundo lugar, en ningún caso hemos renunciado a la Selección Española de Fútbol tal y como señala en su comunicado oficial la RFEF. Como dijimos en nuestra comunicación privada hemos mantenido, mantenemos y mantendremos un compromiso incuestionable con la Selección Española», prosiguen en un texto difundido a través de sus respectivas cuentas en las redes sociales.
Las futbolistas aclaran que quieren no ser llamadas «hasta que no se reviertan situaciones que afectan» a su estado «emocional y personal», a su «rendimiento y a los resultados de la Selección; situaciones que podrían derivar en indeseables lesiones». «Queremos una apuesta decidida por un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos para sacar el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras con las que consideramos que se pueden conseguir más y mejores objetivos. Deseamos lo mejor para la RFEF, para la Selección Femenina y para nosotras en particular, sin entrar en guerras públicas», indican.
Asimismo, reiteran, como ya hiciesen cuando estalló la brecha con el seleccionador Jorge Vilda, que nunca han pedido el cese de éste: «Entendemos que nuestro trabajo no es en ningún caso elegir dicho cargo, pero sí expresar de forma constructiva y honesta lo que consideramos puede mejorar el rendimiento del grupo». «¿Alguien puede pensar que, a ocho meses de un Mundial, un grupo de jugadoras de máximo nivel, que es lo que nos consideramos, se plantean esta decisión, como se ha dado a entender públicamente, como un capricho o un chantaje?», destacan.
También exponen las consecuencias que para ellas tiene esta decisión: «Solicitando no ser convocadas, penalizamos nuestra carrera profesional, nuestra economía y por supuesto seguir construyendo algo importante en el fútbol femenino. Porque llegar a donde estamos ahora mismo ha costado años de esfuerzo de muchas personas. Y todavía quedan muchas cosas por mejorar como se está demostrando recientemente». «Desde nuestra ambición como jugadoras, luchadoras y ganadoras tan solo deseamos poder volver a conseguir los máximos éxitos profesionales y personales. Por último, pero no menos importante, no vamos a tolerar el tono de infantilización con el que la RFEF concluye su comunicado», añaden.
Por último, apuntan: «Lamentamos que en el contexto del deporte femenino tengamos que llegar a este extremo, como por desgracia ha sucedido en otras selecciones y otros deportes históricamente a nivel mundial, para conseguir avanzar en un proyecto profesional potente y ambicioso para el presente y para futuras generaciones».