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Liverpool-Real Madrid: una final majestuosa

Se reencuentran en la lucha por el trono europeo cuatro años después de una batalla que dejó heridas abiertas

Karim Benzema saluda a los aficionados a su llegada al hotel. | CHRISTOPHE PETIT TESSON

| París |

Cuatro años después de una final que dejó heridas abiertas, Real Madrid y Liverpool se reencuentran en la gran batalla de París. El duelo de las 19 Copas de Europa entre el rey de la competición, con trece conquistas, y el deseo ‘red' de situarse a su estela, con la que sería su séptima para dar caza al AC Milan. El último paso de una ‘Champions' en la que los de Carlo Ancelotti demostraron que no hay imposibles en el fútbol. El Stade de France de Saint-Denis acoge una final majestuosa, la más repetida de la historia de la Copa de Europa. El poderío futbolístico que exhibe el Liverpool de Jürgen Klopp, ganador de cuatro títulos en su temporada, ante el respeto recuperado a base de remontadas para la historia del Real Madrid de Carlo Ancelotti. Un ejemplo de resistencia. La exhibición de un adn especial que impide bajar los brazos y jamás darse por vencido. La reivindicación de un grupo de jugadores que, solamente ellos, creían en sus opciones de éxito en Europa.

La temporada de Ancelotti en su regreso al banquillo blanco ya es sobresaliente. La Liga ganada con autoridad, la que le faltaba para ser el único que conquistó las cinco grandes, y la Supercopa de España, dejaron en el olvido un fin de ciclo en blanco de Zinedine Zidane. Pero el Real Madrid de los imposibles asume el peso de la historia y jamás es suficiente para un club tan ganador. La experiencia de las grandes citas y el físico tras un mes de rotaciones ante un Liverpool que se lo jugó todo con máxima exigencia, caen de lado madridista. Su reto es conseguir que el fútbol también lo haga.

«Las finales no se juegan, se ganan», dejó para la posteridad la leyenda Alfredo di Stéfano. Y ahí aparece un Real Madrid que no pierde una desde 1981, precisamente ante el Liverpool, curiosamente en París. Por eso es la cita de las cuentas pendientes. Antes de que Lorian Karius provocase con su doble fallo en Kiev ante Karim Benzema y Gareth Bale, una de las noches más tristes en 2018, los ‘reds' habían dejado a puertas de la gloria al Real Madrid de los García. Desde entonces, son siete las finales ganadas de forma consecutiva por el conjunto madridista. Especialista en los momentos de grandeza.

Al actual Real Madrid se le busca apodo y es obligado que aparezca el nombre de Karim Benzema. Ningún éxito reciente se entiende sin el liderazgo del delantero francés. Protagonista de una mutación espectacular. De jugar para hacer felices a los que rodeaba, a convertirse en un goleador temible. Un rol diferente, la misma calidad en las asociaciones que en la definición. Un jugador mayúsculo que dará el paso definitivo al Balón de Oro si impulsa a su equipo al título tras sus exhibiciones previas. Su temporada más goleadora, 44 goles en 45 partidos, sin perder su generosidad con 15 asistencias. Autor de 15 tantos en 11 encuentros de ‘Champions', diez en las eliminatorias, marcando en los cinco últimos duelos para remontar al PSG, eliminar al vigente campeón Chelsea y poner el broche a la remontada épica ante el Manchester City. Igualando registros que solo un devorador del gol como Cristiano Ronaldo había sido capaz de protagonizar.

Decisivos

Nada habría sido posible sin Benzema pero tampoco sin las paradas salvadoras de Thibaut Courtois, el atrevimiento de Vinícius, sin la eterna juventud de Luka Modric con su pase de exterior registrado que levantó de la lona al Real Madrid ante el Chelsea, sin las apariciones salvadoras de ‘míster Champions' Rodrygo que remataba aquella obra de arte y luego firmaba un doblete en 89 segundos inolvidables para igualar en el tiempo añadido de la vuelta de semifinales ante el City, una eliminatoria que parecía sentenciada. Es la clave del éxito de un Real Madrid sin egos, un vestuario unido en el que conviven nueve jugadores que ganaron cuatro ‘Champions' con el descaro de jóvenes valores que quieren comerse el mundo. Los Benzema, Casemiro, Modric, Kroos, Carvajal, Nacho, Marcelo, Isco y Gareth Bale. El ‘último baile' para los tres últimos como madridistas en la mejor despedida posible a jugadores que marcaron una época pero que perdieron protagonismo en su parte final. Nadie se lo puso difícil a Ancelotti, que resalta el «gran ambiente de dentro del vestuario» como factor fundamental para estar a puertas de la historia. Un triunfo le convertiría en el técnico con más Ligas de Campeones, cuatro, superando a Bob Paisley y a Zidane.

Su once está más que definido y descansado. Con ganas de demostrar que no es necesario un jugador de la dimensión de Kylian Mbappé para volver a reinar en Europa. Protegiéndose en el intercambio de golpes que presenta la final con la entrada de Fede Valverde como cuarto centrocampista de inicio y guardando a Rodrygo como ‘plan B' para la segunda parte. Recuperado tras un mes sin jugar David Alaba para liderar la defensa. La suerte está echada.

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