La detección de un positivo por coronavirus en el Juvenil B de la Penya Arrabal ha motivado que el club suspenda los entrenamientos de estos equipos al menos durante quince días. El club ha actuado con suma rapidez y tras confirmar esta mañana que uno de sus futbolistas era portador del virus de la COVID-19, inmediatamente puso el caso en conocimiento de las autoridades sanitarias y de la Federación.
La dirección del club comunicó con todos los padres de los jugadores del equipo afectado para que acudan cada uno a su médico de cabecera con el fin de llevar a cabo con urgencia los test para detectar si son portadores o no del virus y por lo tanto si han sido o no contagiados. La rápida actuación del equipo que dirige Jordi Horrach ha sido determinante para tratar de poner freno a una mayor propagación del virus.
El problema con el que se ha encontrado la Penya, pero con el que se puede encontrar cualquier club de baleares, es que no existe un protocolo claro ni concreto por parte de las autoridades competentes. Todos los equipos tienen permiso para entrenar, pero se corre el riesgo de que se den situaciones como las que se han dado en la Penya. El club palmesano ha suspendido los entrenamientos. El resto de equipos de la Isla están expuestos a que uan situación como esta pueda suceder en caso de que no se decrete un protocolo mucho más claro respecto a la vuelta a los entrenamientos del fútbol base.