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La Penya Arrabal vuelve a la nobleza

Los jugadores de la Penya Arrabal celebran la victoria conseguida en el feudo del Atlètic Baleares en la presente temporada.

| Palma de Mallorca |

Por la puerta grande, después de dominar con autoridad y jerarquía el grupo balear de Liga Nacional Juvenil y apenas un año después de perder la categoría, la Penya Arrabal ya es nuevo equipo de División de Honor. La decisión de Luis Rubiales de dar por finalizada la temporada debido a la pandemia del coronavirus, que será ratificada hoy en la Comisión Delegada, ha adelantado las celebraciones en un club que aventaja en once puntos al segundo clasificación, el Atlètic Baleares, a falta de ocho jornadas para la conclusión del campeonato.
«No creo que nadie considere injusto nuestro ascenso porque la ventaja era evidente. Lo que hubiera sido injusto es dar por nula la temporada cuando los chavales están trabajando desde el 25 de julio por esto», señalaba su técnico Miguel Soler, el artífice del éxito y que ha sido campeón en las dos campañas que ha dirigido a la Penya Arrabal en Liga Nacional, además de otro título en Preferente. Con este ascenso, el conjunto mallorquín regresará a una categoría que pisó por primera vez hace dos temporadas y su unirá a Mallorca, San Francisco y Villacarlos en la parrilla de la temporada 2020-21.
Soler, de 47 años, señala al «equipo en su conjunto y al trabajo», como una de las claves de una temporada marcada por los buenos resultados.

Ventaja
«Afortunadamente no nos quitaron demasiados jugadores de los que jugamos en División de Honor y gracias a esa base y al buen trabajo hemos podido ascender, además con una ventaja importante sobre nuestro perseguidor».
La estrella del equipo es el goleador Javi Nadal, que ha anotado 29 goles y que ha despertado el interés de varios clubes de la Península. También el brasileño Gabriel Santos, con 9 tantos, ha colaborado para la extraordinaria temporada de la Penya, que volverá a luchar con los mejores.
«La División de Honor es otra historia. La mayoría de los equipos son profesionales y con jugadores que cobran unos buenos sueldos. Pero a ilusión y ganas de competir seguro que no nos gana nadie», apunta Miguel Soler, el artífice del éxito.

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