El equipo de fútbol argentino River Plate rechazó el sábado la decisión de la Conmebol de que se juegue en Madrid el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores contra su histórico rival Boca Juniors.
El esperado encuentro en el estadio Monumental de River en Buenos Aires fue suspendido el 24 de noviembre porque el autobús que trasladaba al plantel de Boca fue atacado mientras llegaba a disputar el partido, lo que provocó heridas a varios jugadores.
«River Plate ratifica su rechazo al cambio de sede», indica un comunicado de «los millonarios» difundido el sábado.
«El Club entiende que la decisión (de jugar la final en Madrid) desnaturaliza la competencia, perjudica a quienes adquirieron su ticket (boleto) y afecta la igualdad de condiciones a partir de la pérdida de la condición de local», agrega el texto.
Sin embargo, River no dijo qué acciones tomaría si la Conmebol mantuviera su decisión de trasladar el partido al estadio Bernabeu del Real Madrid el domingo 9 de diciembre.
El partido de ida en el estadio de Boca Juniors, que fue jugado sin hinchada visitante, terminó 2-2. En Argentina, muchos encuentros se disputan sin hinchas de fútbol visitantes debido a problemas de seguridad y violencia.
River dijo que el ataque contra el autobús ocurrió fuera del área que era considerada responsabilidad del club. «La responsabilidad por la falla del operativo de seguridad (...) fue asumida abiertamente por las más altas autoridades del Estado», señala el comunicado.
«Es incomprensible que el clásico más importante del fútbol argentino no pueda desarrollarse con normalidad en el mismo país que en los días que corren se desarrolla un G20», agrega en referencia a la cumbre de los líderes del Grupo de los 20 llevada a cabo en Buenos Aires esta semana.
«El fútbol argentino en su conjunto y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no pueden ni deben permitirse que un puñado de violentos impidan el desarrollo del Superclásico en nuestro país», concluye el documento de River.
Por su parte, el presidente de la FIFA dijo el sábado durante una conferencia de prensa en Buenos Aires en el marco de la cumbre del G-20, a la que asiste como invitado especial, que la final debe jugarse y respaldó a la ciudad de Madrid como la sede elegida por la Conmebol.
Más tarde, el titular del organismo rector del fútbol sudamericano, Alejandro Domínguez, señaló que River recibirá un resarcimiento para devolver a los simpatizantes el dinero de las localidades y desestimó el reclamo del club argentino por la sede.
«Si hay algo que tengo seguro es que el juego se va a hacer en Madrid, eso es irreversible», indicó Domínguez a periodistas en su arribo a Uruguay, donde presenció la final de la Copa Mundial femenina de fútbol Sub-17.