Alemania y Portugal, dos de las mejores selecciones del Europeo, se miden en su primer partido del temido grupo B en dos momentos anímicos opuestos: los lusos respiran tensión, mientras que los alemanes esperan relajados.
Ambas selecciones, que se enfrentan en Lviv, al oeste de Ucrania, jugarán sabiendo el resultado de sus otros dos rivales de grupo, pues Holanda y Dinamarca se miden unas horas antes en Kharviv, al este de Ucrania.
Las críticas de dos importantes entrenadores lusos, Manuel José y Carlos Queiroz, al entorno de «circo» que rodea a la selección de Cristiano Ronaldo provocaron revuelo en la localidad polaca de Opalenica, donde está concentrado el combinado portugués.
Tal fue el efecto que la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF) intervino para calmar los efectos de la polémica venida de Lisboa.
«Existe una tristeza entre los jugadores, pero no afecta al rendimiento (...) Veo en este equipo serenidad para concentrarnos en nuestros objetivos», manifestó en rueda de prensa su vicepresidente, Humberto Coelho.
El seno de la concentración alemana, sin embargo, emite sensaciones contrarias a la ansiedad lusa.
Desde Gdansk, la misma ciudad polaca donde se prepara la selección española, a los jugadores de la Mannschaft se les ha visto montar en bicicleta relajados e incluso recibir la visita de la canciller alemana, Angela Merkel.
No obstante, el seleccionador alemán, Joachim Löw, ha avisado del potencial luso: «Son uno de los mejores equipos del mundo en las transiciones para el ataque», ha apuntado.
Ni la sorprendente derrota ante Suiza (5-3) ni la raspada victoria contra Israel (2-0), ambos amistosos previos a la Eurocopa, han amilanado a los perseverantes alemanes.
Todo lo contrario que a la selección portuguesa. La derrota frente a Turquía (1-3) y un empate sin goles ante Macedonia pusieron al equipo en el disparadero.
La ausencia de un delantero centro de garantías y la desconcentración defensiva son los principales reproches al juego de Portugal, que pondrá en liza su habitual 4-3-3.
Con el extremo del Manchester United Nani recuperado, el seleccionador Paulo Bento duda entre Miguel Veloso, del Génova, y Custódio, del Braga, como hombre de enganche entre la defensa y el centro del campo.
Ronaldo, que cumplirá su 91 partido con la selección si juega mañana, capitalizará el ataque escorado en la izquierda.
Enfrente, el estilete alemán Mesut Ozil, compañero del propio Ronaldo en el Real Madrid, el delantero Mario Gómez y el medio Bastian Schweinsteiger, ambos del Bayern de Múnich, son la referencia de los germanos, a cuya tradicional solidez se ha unido la irreverencia de la juventud.
Löw no pondera cambios drásticos en su once, a pesar de las dudas que le generó el lateral derecho Jerome Boateng, criticado recientemente por una escapada nocturna.
De los ocho encuentro oficiales disputados entre las dos selecciones, Portugal acumula tres derrotas, tres empates y dos victorias lusas.
Los dos últimos compromisos, en los cuartos de final de la Eurocopa del 2008 y en el tercero o cuarto puesto del mundial del 2006, la suerte cayó del lado de los alemanes, que vencieron 3-2 y 3-1, respectivamente.
En los dos partidos Schweinsteiger fue determinante. Marcó uno en el 2008 y dos en el 2006.
La Mannschaft, una de las selecciones más prestigiosas de la historia, tiene en su currículo tres mundiales (1954, 1974 y 1990) y tres Eurocopas (1972, 1980 y 1996) como principales títulos.
La selección de «las quinas», alusión a los cinco escudos de la bandera portuguesa, presume de un tercer puesto en 1966, un cuarto en el 2006 y un subcampeonato de Europa en el 2004.