La afición del Mallorca fue ayer muy previsora. Consciente de la dificultad que entrañaba llegar a las inmediaciones del estadio, prefirió tomárselo con tiempo y a las siete de la tarde el párking del Iberostar Estadio estaba ya casi lleno. La hinchada fue mucho más previsora que Cort, que no encontró mejor momento que iniciar las obras delante del estadio justo la semana en que se localizaba una mayor afluencia de público en la zona. Las principales retenciones tuvieron lugar ya de noche, a diez minutos para el inicio del encuentro cuando los seguidores que más apuraron se encontraron con el atasco en la vía de cintura y con las aglomeraciones en la rotonda de Camí dels Reis. Sin embargo, el gran atasco se produjo ya al final del encuentro cuando a las habituales retenciones de cada partido había que añadir las zanjas que hacían más lenta la evacuación y la necesidad de respetar a la gente que decidió acercarse a pie al campo y que abandonó las inmediaciones del recinto andando. Las obras impidieron una evacuación más rápida y la zona se convirtió en una ratonera para los vehículos. Los autobuses de la afición fueron situados en diferente lugar, uno tras otro formando una procesión de grandes vehículos que cambió su lugar habitual de estacionamiento debido a la mejoras de pluviales que se han decidido iniciar justo la semana en que el Madrid juega en Palma. Con el paso de los minutos el campo presentaba un gran ambiente y prácticamente hasta los 15 minutos de haberse iniciado el choque no se llenó por completo. Al final el club informaba que eran casi 23.000 los seguidores que llenaron las gradas del recinto mallorquinista. A la hora de animar, los aficionados que dieron más color y calor al encuentro estaban localizados en uno de los fondos y no pararon de animar y de cantar, aunque cuesta mucho contagiar al resto de seguidores a que les sigan. A los gritos de ánimo a Nunes en el minuto 16', «ese portugués, del Mallorca es», se podía escuchar, había que unir también una serie de mensajes hacia la figura del todavía director deportivo, Nando Pons. «Nando dimisión» cantaron poco antes de empezar y también en los minutos 36 y 42. «Nando Pons, dimisión» y «Nando saca la pasta» fueron algunos de los mensajes que se escucharon. En el palco, Florentino Pérez fue la estrella, compartió espacio con la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, con Serra Ferrer y con Jaume Cladera. También estaba Sebastià Nadal, padre del número 1 del tenis mundial, que acudió acompañado de su hija. Calor, humedad, obras y emoción se dieron cita en el inicio del curso en el Iberostar Estadio. Se prevé una temporada emocionante.
La afición, más previsora que Cort
Miquel Alzamora | Palma de Mallorca |