Obligado a mantener el pulso con el Real Madrid en la pelea por el título, el Barcelona visita hoy (20.00 horas) por vez primera el nuevo estadio del Espanyol para disputar un derbi de altura y con una intensa carga emocional para ambos equipos.
Consciente de que se juega la Liga, el Barcelona afronta el derbi de la ciudad con la necesidad de estrenarse con una victoria en Cornella, para lo que deberá olvidarse durante al menos 90 minutos del partido que el próximo martes jugará en Milán ante el Inter, correspondiente a las semifinales de la Copa de Europa.
Una de las grandes incógnitas del Barcelona será la de comprobar hasta qué punto su entrenador, Pep Guardiola, puede reservar a sus jugadores más importantes para su partido europeo, aunque el técnico ha dejado entrever que ya no hay lugar para rotaciones ni descansos.
El Barca, que podría jugar en Cornella con hasta ocho canteranos en su once inicial, intentará aprovechar al máximo su rápida circulación de balón para evitar el cuerpo a cuerpo que probablemente plantee su rival ciudadano. «Tenemos que chocar poco, y eso depende en buena medida de nosotros», ha avisado Guardiola.
Con Alves y Maxwell en los laterales, Carles Puyol y Piqué formarían la pareja de centrales, con Busquets y Xavi en la creación y una posible línea de tres medias puntas -Messi, Pedro y Keita-, culminada con la presencia de Bojan en la posición reservada al delantero centro, habitualmente ocupada por Zlatan Ibrahimovic.
El delantero sueco, y Eric Abidal, por su parte, aún no han recibido el alta médica oficial, pero están a un paso de completar su recuperación y podrían tener algunos minutos de juego en el derbi para empezar a rodarse con vistas al partido ante el Inter.
Desde el pasado domingo, y pese a la jornada entre semana que acabó con una dolorosa derrota en Santander, el derbi centra toda la atención del Espanyol. La victoria ante el Barca es una de las pocas alegrías que el equipo blanquiazul puede brindar a su afición esta temporada y los jugadores parecen haberse contagiado de este sentimiento.
Mauricio Pochettino, que suma 50 encuentros en Primera División, ha sabido jugarle al Barcelona. El Espanyol, de hecho, se ha convertido en un rival muy incómodo para el conjunto azulgrana, que sólo ha podido ganarle por la mínima en Liga y que el año pasado ya perdió en el Camp Nou (1-2).
Más allá de la rivalidad, en cualquier caso, para el Espanyol es un partido importante. Aunque ocupa una zona relativamente cómoda en la clasificación, una derrota supondría un contratiempo importante que podría complicarle la vida.
Al final, Pochettino podrá contar con Carlos Kameni, expulsado ante el Racing, al haber atendido el Comité de Competición las alegaciones presentadas por el Espanyol.
El Barça, obligado a mantener el pulso
El equipo de Guardiola se estrena hoy en Cornellà para disputar un derbi de altura y con intensa carga emocional para ambos equipos
Efe |