Mario Mola revalidó este sábado el título mundial de triatlón, en otra jornada gloriosa para el deporte español en la que su compatriota Javier Gómez Noya, único quíntuple campeón del mundo de la historia, capturó la plata, su décima medalla en estos campeonatos.
Mola, nacido hace 27 años en Palma de Mallorca, que se había retratado junto a Gómez Noya en el podio de los tres últimos Mundiales que ganó el gallego (2013-15), revalidó título al concluir tercero la Gran Final, que se anotó el galo Vincent Luis. Y capturó su quinta medalla consecutiva en el certamen, en el que el noruego Kristian Blummenfelt, segundo este sábado, logró el bronce final.
Con este nuevo éxito, el triatlón se confirma como uno de los deportes que más éxitos internacionales ha dado a España desde el inicio del nuevo milenio, ya que con el segundo de Mola, suma ocho títulos mundiales, a sólo dos del récord histórico de Australia.
Desde el arranque del siglo, ningún país ha ganado más oros que España, que al de Iván Raña (en 2002, en Cancún, México, cuando el Mundial se decidía en una sola jornada), añade los cinco de Gómez Noya y los dos de Mola. Que este sábado se hizo acreedor a una nueva corona, al haber ganado más pruebas que nadie -cuatro: en Gold Coast (Australia), Yokohama (Japón), Hamburgo (Alemania) y Edmonton (Canadá)- y cerrar el año con un tercer puesto en Holanda.
Y por quinto año seguido, los que lleva en el cargo Iñaki Arenal, seleccionador español de triatlón, festejó no sólo el título, sino a dos de sus deportistas en el podio final del Mundial.
La Gran Final apuntaba a un claro duelo interno entre Mola -al que Arenal definió como «genio»- y el más grande de la historia, Gómez Noya -«Dios», para el seleccionador español-, plusmarquista histórico de títulos (cinco) y que llegó a Rotterdam después de proclamarse el pasado domingo, en Chattanooga (Tennessee, EEUU) campeón mundial de 70.3 (medio Ironman: 1.900 metros a nado, noventa kilómetros en bici y medio maratón -42,097 kilómetros- a pie).
Nacido hace 34 años en Basilea (Suiza), pero criado desde niño en Ferrol, a Gómez Noya no le gustaba nada el trazado y el jueves el cuádruple campeón europeo -asimismo plata olímpica en los Juegos de Londres 2012- indicó que no entendía cómo podían organizar «una final de un mundial en este circuito», que Mola calificó de «peligroso» y Fernando Alarza -al igual que los anteriores- de «auténtica vergüenza».
Las quejas se centraban, sobre todo, en los cambios a distintas superficies de un circuito ciclista muy técnico y estrecho, que con lluvia iba a resultar, como poco, inseguro; y en el agua del río Mosa, que superaba, según ellos, los niveles de contaminación.
Al final no se registraron mayores incidencias; y de las aguas del mayor puerto de Europa, el segundo más grande del mundo, en las que se nadó con neopreno (a 18 grados), salió en cabeza -cómo no- el eslovaco Richard Varga, que lo hizo por trigésima tercera vez en una prueba de las Series Mundiales.
A Mola le valía acabar quinto para revalidar título. También, ser sexto, si Gómez Noya -Premio Princesa de Asturias de los Deportes el año pasado-, vencedor en la inauguración de Abu Dabi y en la canadiense Montreal, no ganaba en Holanda. Donde, tras los 1.500 metros a nado, se pedalearon 40 kilómetros; y se nadaron otros diez.
Javi se metió en el grupo cabecero. De quince. Mayor de lo que él deseaba. En el que iban, entre otros, Varga, el inglés Jonathan Brownlee -quinto en Rotterdam y sexto en el Mundial-, los hermanos rusos Igor y Dmitry Polyanski y el australiano Aaron Royle.
Mario entró en un segundo grupo, con sus compatriotas Alarza -quinto en la general final- y 'Chente' Hernández -decimotercero-, a veinte segundos, con los que también pedaleaban Blummenfelt, otro de los triunfadores, y el surafricano Richard Murray, al que su sexto puesto no le sirvió para mantener el podio.
Para lograr una 'machada' sin parangón, Javi debía ganar la carrera y esperar a que Mario no mejorara el sexto. Así que hizo todo lo que pudo. Intentó reventar la carrera, entre otros, con el habitualmente 'suicida' Jonny Brownlee, pero el grupo cabecero era demasiado amplio para abrir huecos importantes en un circuito tan técnico y estrecho; y al final se generó un gran pelotón.
Lo que acercaba de nuevo el título a Mola. En la carrera a pie salieron por delante Jonathan y Blummenfelt, que acabó ascendiendo dos puestos en la general para capturar bronce, a los que luego se unieron Gómez Noya y Vincent Luis.
Por detrás, Mario rodaba con el portugués Joao Pereira. El luso se quedó, pero Mola enganchó con el cuarteto delantero: ya era quinto y eso le aseguraba el título, pasara lo que pasara.
A partir de ahí, reguló hasta el final. Brownlee no aguantó y cuando parecía que Mola acabaría cuarto, aún pudo superar a Gómez Noya, que se entregó hasta el final de sus energías, y acabó tercero la prueba en la que Luis obtuvo su primer triunfo en el Mundial.
El galo cubrió el recorrido en una hora, 51 minutos y 26 segundos, dos menos que Blummenfelt. Y con diez de ventaja sobre Mola, que revalidó título.
Al final, sumó 4.728 puntos, 417 más que Gómez Noya, que superó en 30 a Blummenfelt. Alarza, bronce el año pasado, sabía que se jugaba el podio con el noruego y con Murray; pero al final acabó undécimo en Rotterdam -justo por delante de 'Chente'- y se conformó con el quinto en la general, por detrás del surafricano.
Murray fue sexto en una prueba en la que Raña, ahora dedicado al Ironman, que había viajado a Holanda para ayudar, se retiró, al ver que sus compatriotas iban perfectamente colocados. Iván se unirá, eso sí, a la fiesta hispana: tanto Mola, como Gómez Noya tienen muchos motivos de celebración este sábado en Rotterdam.