Después de varias décadas de silenciosa travesía por las catacumbas del fútbol balear, la Unión Deportiva Rotlet Molinar ha encontrado alojamiento entre el pelotón más selecto de Balears. El modesto club palmesano, que cuatro temporadas atrás todavía circulaba por los campos de Tercera Regional, dispone al final de un asiento en categoría nacional y competirá la temporada que viene en el grupo XI de Tercera División. Cuatro ascensos en cinco ejercicios, los tres más recientes de forma consecutiva, han convertido al conjunto blanquinegro en uno de los nuevos puntos de referencia del balompié mallorquín, poco habituado en los últimos tiempos a este tipo de hazañas.
Aunque pueda parecer lo contrario, la meteórica ascensión del Rotlet Molinar se ha cocinado a fuego lento y siguiendo al pie de la letra una receta más bien clásica: montañas de ilusión, trabajo y esfuerzo desinteresado y una fortísima apuesta por un grupo, futbolistas y cuerpo técnico, que en su mayoría habían coincidido en algún punto de sus carreras.
El ascenso del Molinar, apuntalado el pasado domingo después de que los blanquinegros le sacaran punta al desliz del Platges en s'Horta, se articula sobre una serie de personajes muy definidos. Fuera del campo, el empresario Ángel Ruiz, que además de participar activamente en los cuatro ascensos, ejerce también como vicepresidente y motor principal del club. En la banda, el cuerpo técnico que lidera Álex López y que completan Xavi Momparler, Alejandro Elena, Francisco Jaume y Leo Barindelli. Y sobre el tapete, un conjunto de jugadores que además de acumular un montón de kilómetros en todos los escalones del fútbol isleño, mantiene el hambre y las ganas de seguir haciendo historia. De todos ellos solo dos, Miguel Ángel Ruiz y José Díaz, han disfrutado de los cuatro saltos de categoría. No obstante, una porción muy destacada del grupo ha propulsado los tres últimos. Es el caso de Pedro García, Cacio, Iván Ortega, Iván Molina, Julio o David Campos, la mayoría de ellos con experiencia en Tercera.
«Lo que hemos conseguido esta temporada ha superado de largo nuestras expectativas», asegura Álex López. El joven técnico, que como la mayoría de sus futbolistas se ha forjado en la cantera del Cide (el 90% de la plantilla ha pasado por las filas del cuadro colegial), asumió hace tres años las riendas del proyecto. Y desde entonces, cada final de curso ha sido una fiesta. «Cuando Ángel (Ruiz) vino a buscarme hace tres años y me habló de sus planes le dije que no habría problemas en llegar a Preferente, pero que a partir de ahí el salto sería muy complicado. Es una categoría muy compleja y éramos conscientes de que sería difícil ascender. Sin embargo, Ángel era el único que decía que, además de subir, íbamos a hacerlo como campeones. Tenía una fe espectacular y los hechos le han dado la razón», comenta.
Gran final
Aunque el Rotlet ha dibujado un epílogo impecable (ni una derrota en las últimas 15 jornadas), Álex López tampoco olvida que el equipo ha pasado por tramos de oscuridad. «No ha sido fácil, ni mucho menos. En diciembre andábamos muy lejos de la cabeza y nosotros (los técnicos) llegamos a estar en el punto de mira, pero la directiva siempre creyó en lo que hacíamos y éste es el premio».
Para el técnico, no obstante, la llave del éxito la tienen sus futbolistas. «Aunque pertenecían a generaciones distintas casi todos se conocían de su paso por el Cide y hemos aprovechado muy bien aquella filosofía. En ese sentido se ha hecho un trabajo excelente, tanto dentro como fuera del campo. Ahora mismo tenemos una base muy buena, con jugadores experimentados, y creemos que hay argumentos para lograr la permanencia en Tercera. Sobre todo, porque se ha ido creciendo con sentido y gracias a lo que se ha hecho no hay que empezar de cero». Palabra de entrenador. Mientras tanto, el vuelo del Rotlet Molinar continúa...