La amenaza de plante hizo que más de uno pensara que el circuito del Passeig Marítim iba a ser escenario de un paseo. Ni mucho menos, pues el pelotón quiso deleitar a los seguidores y trazó un guión habitual en la prueba inicial de la Challenge Ciclista a Mallorca 2011. Sabedores que el ganador no iba a existir para la UCI, se quedaba sin premio y su nombre iba a residir simplemente en la historia de la cita isleña, el arranque de la vigésima entrega estuvo a la altura, pese a ausencias de última hora que no mermaron un cartel de excepción.
Andy Schleck comparecía para excusarse en la salida, y el campeón del mundo, Thor Hushvod, se caía de la lista por indisposición. Pese a ello, había argumentos de sobra para intuir un espectáculo de nivel. Un Frank Schleck muy activo, Robbie McEwen, Tyler Farrar, el recuperado Danilo di Luca, Óscar Freire, Philippe Gilbert, José Joaquín Rojas o Gerald Ciolek tenían serias opciones de triunfo, y pese a lo extraño de las circustancias (una carrera sin árbitros), ninguno quiso perderse la fiesta.
Aventura
Y como en toda edición del Trofeo Palma que se precie, no pueden faltar los aventureros que intenten hacer trizas el guión que la historia redacta. Kenny de Haes (Omega Pharma Lotto), Javier Ramírez Abeja (Andalucía-Caja Granada), Oleg Chuzhda (Caja Rural), Cheng Ji (Skil Shimano), Michaël Baer (NetApp), Carlos Verona (Burgos 2016) y Joël Eglin (Price Your Bike) tomaban ventaja en la primera vuelta ante la complacencia del gran grupo, que les daba carta blanca para acumular segundos kilómetro a kilómetro.
Tanto, que llegaron a contar con más de tres minutos de diferencia sobre un pelotón que agotaba la tregua. Entre medias, dos de los jóvenes valores de las islas inmersos en la selección española de pista, Albert Muntaner y Albert Torres, sufrían sendas caídas sin consecuencias.
El grupo principal optó por imponer el ritmo de las llegadas y entonces, la fuga inició su cuenta atrás. Chuzdha y Ramírez Abeja se resistían a ver cómo su sueño llegaba a su fin y gastaban sus energías en prolongar una escapada que tenía los minutos contados. El tiempo que necesitaron los equipos con llegadores e intereses en sus filas. En especial el RadioShack, que quería ver de nuevo a Robbie McEwen alzando los brazos. Rabobank -con Luis León Sánchez estrenando el maillot naranja-, Garmin-Cervélo y Movistar, entre otros, asumieron el mando para neutralizar la fuga del día, que tocaba a su fin en la penúltima vuelta.
Comenzaba el tramo más interesante, el decisivo. Daba igual que no hubiera premios ni que no computara para la Unión Ciclista Internacional. Estaban en juego el honor y un triunfo virtual para la UCI, pero que ya puestos, valía la pena conseguir.
Eso pensó Tyler Farrar, que enseguida aprovechó la oportunidad para demostrar que la potencia de su pedalada era la más fuerte y que, aunque la UCI hablara de «entrenamiento», él iba en serio. El estadounidense dio tiempo al grupo (2:32:24), aprovechó la lanzadera del RadioShack y superó a Marcel Kittel (Skil Shimano), Fran Ventoso, José Joaquín Rojas (Movistar), y más atrás se quedó Óscar Freire (undécimo).
Farrar sumó una victoria real para la Challenge, virtual para la estadística y la UCI, que perdió en Mallorca su primer pulso.