Gustavo Siviero era ayer un tipo feliz. El entrenador argentino enganchó su triunfo más dulce desde que se sienta en el banquillo del Estadi y archivó su primer derbi entre las numerosas muestras de apoyo de su nueva afición. «Ni en el mejor de los sueños hubiésemos imaginado este partido y su resultado», explicaba después de noventa intensos minutos. «Pensábamos que lo podíamos hacer bien, pero se han superado nuestras expectativas. Los jugadores han hecho un gran esfuerzo y que los tres puntos se hayan quedado en casa es más que justo», apuntaba.
El preparador blanquiazul destacó que «la goleada quedará para el anecdotario, pero lo que queríamos nosotros era ganar y hacerlo con una actuación convincente. Y las dos cosas se han conseguido. Creo que hemos sabido sacar ventaja de nuestra fortaleza física», señalaba satisfecho el ex jugador.