La selección española femenina debuta este sábado (21 horas) en el Mundial de baloncesto de Tenerife ante Japón, un equipo con el que se ha medido tres veces en la preparación (dos de ellas en Son Moix), con tres victorias casi en el último segundo y por la mínima, y en la que el triple de las niponas es la gran amenaza.
Japón es una selección atípica en su juego para lo que se estila en Europa y América. Tienen el tiro de tres como religión y la velocidad como profeta, por lo que se convierte en un equipo muy complicado de defender.
En palabras del seleccionador español, Lucas Mondelo, «es un equipo pequeño con un juego totalmente adaptado al físico que tiene». «Tiene un juego automatizado al extremo, aunque por eso demasiado encorsetado», añadió.
Por ahí es por donde atacará España, por la pintura, jugando interior las más de las veces y tratando de bajar el porcentaje de lanzamientos de tres con una defensa estoica y más atenta de lo habitual, porque Japón en transición es muy difícil de parar.
Es un debut más que complicado, por mucho que se le haya vencido en los tres encuentros de preparación. Los dos primeros en el mes de julio fueron por 87-81 y 84-83. Hace una semana, ya en Tenerife, fue necesaria una prórroga y un poco de suerte.
«Estamos muy igualados», reconoció Mondelo, que apuntó que «hay que ganar como sea» para cimentar los planes del equipo que pasan por intentar ser primeros de grupo y ahorrarse el siempre traicionero cruce para conseguir una plaza en cuartos de final.
España llega con la mallorquina Alba Torrens y Silvia Domínguez recién recuperadas de sus lesiones y por tanto con mucho margen de mejora conforme vaya avanzando el campeonato. Y con el resto del equipo, también con algunos pequeños problemas, muy enchufado.
El debut de cualquier competición, más en un Mundial, siempre es complicado por los nervios, el nivel de arbitraje al que hay que adaptarse y la responsabilidad, que en el caso de España es máxima por jugar en casa.
Campeonas de Europa y subcampeonas olímpicas y mundiales, las españolas atesoran cinco medallas consecutivas en las últimas cinco citas internacionales. Ahora en casa, las jugadoras de Mondelo quieren colgarse la sexta, pero todo puede pasar por ganar primero a Japón y a su amenaza desde el triple.